miércoles, 23 de mayo de 2012

19° Obra en competencia: L' Belle Anna, de Mario González (México)




Título: L’ Belle Anna (La Hermosa Anna)
DirectedBy: Mario González
País: México
Categoria: Obra larga a competencia.
Género: Drama
Clasificación: +15
Reparto:
Evan Rachel Wood – Anna Watson
Cate Blanchett – Grace Watson
Emily Browning – Helena Watson
Ben Whishaw – Jonathan Smith
Jamie Bell – Arthur Potts                                                                                          
Amy Adams – Imelda
Leonardo DiCaprio – George Potts
CharlizeTheron – Amelia Potts
Nicole Kidman – Esther Jones
Paul Bettany – William Watson
Chloë Grace Moretz – Anna Watson (niña)
Joey Courtney – Jonathan Smith (niño)  


Sinopsis:
L’Belle Anna narra la historia de Anna Watson, una joven adinerada que, tras la muerte de su padre, debe casarse con un joven para poder recuperar su fortuna. Sin embargo, Anna se encuentra terriblemente enamorada de un joven, y el que fuera su mejor amigo, Jonathan Smith, con quien, tras varios años de ausencia, inicia un fugaz, pero pasional, romance.

Banda Sonora:
AlexandreDesplant – “The Meadow” (B.S.O. de The Twilight Saga: New Moon)
Philip Glass – “Dead Things” (B.S.O. de The Hours)
AlexandreDesplant – “The King Is Dead” (B.S.O. de The King’s Speech)
Philip Glass – “
The Orange Tree” (B.S.O. de The Illusionist)
Hans Zimmer – “Davy Jones’s Theme” (B.S.O. de Pirates of the Caribbean: Dead Man’s Chest)
Dario Marianelli – “My Edward and I” (B.S.O. de Jane Eyre)
Michael Nyman – “The Promise”  (B.S.O. de The Piano)
Philip Glass – “The Poet Acts” (B.S.O. de The Hours)
Dario Marianelli – “Erica” (B.S.O. de The Brave One)
Brooke Waggoner – “Get Too Close
Dario Marianelli – “The Wedding Dress” (B.S.O. de Jane Eyre)
Carter Burwell – “Blindsided” (B.S.O. de Mildred Pierce)
Craig Armstrong and A.R. Rahman – “Opening”  (B.S.O. de Elizabeth: The Golden Age)
Danny Elfman – “The Piano Duet” (B.S.O. de Corpse Bride)
Alexandre Desplant – “The Truth About Ruth” (B.S.O. de The Ghost Writer)
Dario Marianelli – “Elegy For Dunkirk” (B.S.O. de Atonement)
Elmer Berstein – “To Kill A Mockingbird”  (B.S.O. de To Kill A Mockingbird)
Carter Burwell – “Road To Death” (B.S.O. de True Grit)

Argumento:

Fundido en negro. [Inicia “TheMeadow”]. Aparece con hermosas letras blancas el título.
La oscuridad de la imagen va dando paso, entre los árboles, a un hermoso y frondoso bosque verde. A lo lejos, dos muchachitos corriendo y riendo. Tendrán unos 13 años. Él (Courtney), con su cabello castaño, largo, viste un ropaje elegante, sólo que está descalzo. Ella (Moretz), con una cabellera sedosa y rubia, está enfundada en un hermoso vestido azul y también  está descalza. Ambos parecen estar muy felices, y corren en el pasto y la tierra.
De momento, el niño se detiene, en el medio de un hermoso prado verde.

-¿Qué ocurre, Jon?- pregunta, jadeante, la niña.
-Oh, no, nada. Simplemente… Me gustó este lugar. – responde Jon.
-Vaya que es hermoso ¿no? Mi papá dice que los mejores lugares  son aquellos que están rodeados de vida silvestre. – dice la rubia, ya más compuesta.
-Le creo… Este lugar es maravilloso…
-Pero qué lástima que no podamos estar aquí…- dice la niña, cabizbaja.
-¿Pero por qué no, Anna?- pregunta el niño, intrigado.
-Pues por lo que somos. No creo que a nuestros padres les guste la idea de que niños de nuestra clase pasen el rato en paisajes así…
-Pero si siempre nos escapamos. Andamos por el bosque y cosas así. ¿Qué de malo tiene este lugar?
-No lo sé. Lo único de lo que estoy segura es de que si mi madre se entera de lo lejos que estuvimos, nunca más me dejará verte… y no quiero que eso pase…
-Eso no pasará, tonta. Siempre estaremos juntos. – dice el chico, con una sonrisa amigable.
Anna le regresa la sonrisa, un poco más tímida.
Los niños caminan lentamente al centro justo del prado. Allí, se recuestan. Algunas mariposas blancas salen volando desde el fondo del prado.
-Las mariposas son los animales más bonitos. – dice Jon.
-¿Por qué lo piensas? – curiosea Anna.
-Porque, a pesar de que alguna vez tuvieron una vida difícil como oruga, saben que todo eso tendrá su recompensa, y que un día renacerán convirtiéndose en una hermosa mariposa, y con sus alas emprenderán su vuelo a donde quieran ir…
-Es una metáfora maravillosa… - dice la niña, fascinada.
-Tú eres como mi mariposa, Anna
- ¿P-porqué lo dices? – pregunta, sonrojada.
- Porque sé lo que te pasa con tu madre, pero en algún momento emprenderás tu propio camino...
- ¿Cuándo sea hermosa?
-Ya no puedes ser más hermosa.
La niña, sonríe, apenada.  Aparece corriendo un hombre (Bettany). Jadea un rato. Observa a los niños. Sonríe. Se acerca lentamente.
-¡Boo! – exclama el hombre. Los niños se espantan y se enderezan. Al notar al hombre, ambos ríen.
- ¡Buenos días, señor Watson! – saluda el niño.
- Vamos, Jonathan. Ya sabes que puedes decirme William.
- ¡Hola, papá! – exclama la niña y corre hacia su padre. Da un salto y lo abraza con fuerza. – ¿Qué haces aquí?
- Tu madre se preocupó. Llamó a todos. Nadie sabía dónde habían estado.  Por supuesto me mandó a buscarlos.  Bueno que confías en mí, Anna. – dice el padre, en tono sarcástico.
- Lo siento, padre. Es que, ya sabes, son nuestros viajes secretos. – dice la niña, en su defensa.

El padre observa detenidamente el espacio. Nota las flores y el verde follaje.

- Vaya que es hermoso este lugar. Siempre he dicho que los mejores lugares…
- Siempre están rodeados de vida silvestre – dicen los niños al unísono.
-¡Hey, esa frase es mía!

Los tres ríen. La niña desciende de los brazos de su padre. Mira a Jon y devuelve la mirada a su padre.

- ¿Qué ocurre, tesoro? – pregunta William.
- Nada, papá, sólo… Sólo que me alegra que seas parte de mi vida.
- Anna, mi amor. A mí también me alegra que seas parte de la mía. Eres mi luz, tesoro, y estaré contigo por muchísimos años.
- ¿Lo prometes? – dice Anna, bajando sus dedos y levantando el meñique.
- Lo prometo – el hombre estrecha con su meñique el dedo de la niña.
- Yo también estaré para siempre contigo, Anna. – dice Jon, y corre para estrechar su meñique con los de William y Anna.
- Los amo – dice Anna. Acto seguido, los abraza fuertemente.

La cámara se va alejando lentamente de la escena y con esto, la música se detiene lentamente, dejando el hermoso follaje y el tierno abrazo cada vez más lejos [Fin de “TheMeadow”]. De repente, una voz de una mujer impone en la escena y da un corte a negro.

- Anna – dice seria la voz de la mujer.

La imagen se ilumina de momento. Una joven (Wood), enfundada en un traje negro, está despertando. Está sentada en el asiento trasero de un auto antiguo, tipo Duesenberg. A su lado, una mujer madura (Blanchett), igualmente vestida con un hermoso y elegante traje negro, la empuja suavemente del brazo, para despertarla.

- Anna, llegamos – dice la mujer, con un tono de voz bastante serio, casi atemorizante.
-¿Madre? – pregunta adormilada la joven.
- Anna, vamos ya, deja tus tonterías – dice la madre, brusca. La mujer baja repentinamente del auto, sutil, pero rápida. Anna se queda seria. Se recarga en la ventana del auto. [Inicia “
Dead Things”] Lanza una mirada perdida y una lágrima se desliza  por su mejilla derecha. Un corte.
Anna baja lentamente del auto. Una multitud, vestida de una manera asquerosamente elegante, todos de negro, lanzan miradas tristes y de lamento hacia la joven. Ella los mira con recato. Avanza lentamente por entre los cuerpos. Se detiene frente a un enorme ataúd negro. Su madre, y otra joven (Browning) están ahí. Anna se acerca hacia la joven. Toma su mano y la aprieta fuertemente. Anna se dispone a mirar con asco el interior del ataúd. En él, se encuentra su padre, William, inerte y pálido. La joven Anna derrama otro par de lágrimas. La joven a su lado, con los ojos más hinchados, lagrimea un poco más. La madre, con una expresión muy seria, parece no importarle lo que ve. Anna se abraza de la otra joven, mientras, esta le susurra en su oído.

- Hermana, estarás bien – dice con voz quebrada.

Anna asiente y se desprende de su hermana. Toda la gente que estaba reunida, se acercaba rápidamente al trío de féminas. Anna mira detenidamente a cada uno de las personas que llegan a dar su pésame. Anna hace diferentes expresiones al ver los rostros tristes de las personas. Su madre simplemente asiente y agradece a cada una de ellas. Su hermana no contiene el llanto y continúa en el mar de lágrimas. Una mujer rubia (Kidman), con un enorme sombrero negro, muy de principios de siglo XX, se acerca a la mujer madura.

- Grace, cuánto lo siento
- Descuida, ya era su hora – Dice la madre de Anna, con un tono sereno y serio.
- Y… ¿Qué tal la ceremonia? Disculpa no haber podido estar presente, mi esposo no es muy rentable para las ocasiones importantes.
- Descuida. El padre fue muy cortés. Aunque no te perdiste de mucho, el sermón fue el mismo de la semana pasada.
- Dios quiera. ¿Y cómo están las niñas?
- Anna intenta ser fuerte. No así Helena, que no aguanta el llanto por ninguna razón.
- Era su padre. No las culpo de nada.
- Ni yo. Aunque, como en toda situación, la frente en alto.
- Dios no las olvida. Aquí estamos para cuando gustes.
- Gracias, Esther.

Esther se aleja lentamente de las mujeres, no sin antes lanzar una mirada de lástima a las chicas. Anna la mira con furia. Esther nota el comportamiento de Anna. Sonríe plácidamente.

-Esa arpía… - susurra Anna
-Anna, basta – agrega Grace, con su aparente intocable seriedad.
-Como si no supiera lo que nos va a pasar. Desgraciada… - continúa Anna, con su enojo mudo entre susurros.
-¡Basta ya! – grita.
Helena se acerca al ataúd. Lanza un sollozo y se deja caer en él. Grita por su padre. Grace enfurece y la levanta rápidamente.
-¡Demonios, Helena, no armes una escena! – grita furiosa.
- Madre… – dice una atónita Helena.
-¡Tú padre se ha ido! ¿¡Entiendes!? ¡Se fue, no volverá! ¡Ahora compórtate como lo que eres, una señorita! ¡Muestra los modales que con esfuerzos te inculcamos yo y tu padre! ¡No seas cobarde, niñita! ¡Sé fuerte! ¡Sé…! – Grita furiosa la madre antes de quebrarse en llanto. Lanza lamentos al aire, gritos con el nombre del hombre casi como alaridos. Anna observa bastante seria esta escena. Otro par de lágrimas hacen presencia por sus ojos. Los cierra. [Fin de “DeadThings”] En fundido negro, las voces de la Anna niña y su padre hacen acto de presencia.
- Anna, mi amor. A mí también me alegra que seas parte de la mía. Eres mi luz, tesoro, y estaré contigo por muchísimos años.
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo.
Un corte. [Fin de “Dead Things”]

Aparece Anna, sentada en una cama en una recámara adornada y amueblada muy elegantemente, representando la Inglaterra de los años 20. Anna exhala. Se levanta y recorre lentamente la habitación. Entra Helena. Está con los ojos muy rojos e hinchados, está despeinada y demacrada.

-Vamos, Helena. Ya pasaron tres semanas – dice Anna, seria con un tono de voz como intento de consuelo.
-Una herida tan profunda no sana tan rápidamente, Anna.
-Con un jarabe al alma, se te pasa volando.
-¿¡Porqué eres así, eh!? ¿¡No lamentas  la partida de nuestro padre!?
-¿¡Con qué derecho te atreves a decir “nuestro” padre!? – grita Anna, furiosa, levantándose de su silla. Helena la mira fija, asombrada. - ¡Tú no eres más que un error de mi madre! ¡Eres el producto de una infidelidad! ¡Eres una bastarda!

Helena se queda estática. Sus ojos se abren, como si fueran a saltar. Anna gime, inhala y exhala rápidamente. Helena se sienta en la cama que estaba a su lado. Se pone las manos en las rodillas y agacha la cabeza. Acto seguido, empieza a llorar fuertemente. Anna cambia su expresión de furia a compasión. Se acerca rápidamente a Helena, se inca frente a ella y la abraza.

-Discúlpame, Helena. No quería…
-Ese hombre me crió… Ese hombre fue mi padre… No será mi padre natural, pero era mi padre… era mi padre… más mi padre que mi propio padre.
-Helena, lo siento…
-¡Yo amaba a ese hombre! Él me enseñó a vivir… él… me enseñó todo lo que sé…
-Helena, discúlpame, de verdad. Me siento muy mal. Ese hombre era tan padre de mí, como de ti… De verdad lo siento…

Helena la mira con ternura y agradecimiento. Anna abraza a su hermana de nuevo. Fundido en negro.
[Inicia “The King IsDead”] Grace llega en una carroza a una hermosa mansión blanca, con acabados de mármol. Elegantes rejas negras adornan el exterior. Grace se baja del vehículo. Un canoso hombre, vestido de negro, se encuentra en el portón principal y, al pasar Grace, lo abre y acompaña a la mujer hasta la entrada principal, una enorme puerta blanca de mármol. El hombre dispone a tocar el timbre. Una criada abre la puerta.

- La señora Watson está aquí – dice el hombre. La criada cierra la puerta. Tras unos cuántos segundos, se vuelve a abrir. La criada de nuevo.
- Pase, señora Watson – indica la sirvienta.

Grace se introduce a la casa. Es elegante, clásica y muy británica. En ella se observa todos los elementos de Inglaterra a principios de siglo. La criada la conduce hasta una habitación al final de un pasillo. Abre la puerta y, dentro, se encuentra un grupo de cinco mujeres (una de ellas es Esther) sentadas en una mesa circular. Una rubia alta (Theron) se levanta a recibir a la recién llegada.

-¡Grace Watson, tanto tiempo sin vernos!
-Mi querida Amelia ¿Cómo has estado?
-Excelente. Pasa y siéntate, cariño.
Grace se dirige a una silla vacía en la mesa, justo entre Esther y Amelia.
- Y bien ¿Para qué es todo este barullo?
-Oh, Grace, relájate un momento, estábamos platicando sobre finanzas. Sabes lo duro que ha sido que nuestros maridos ya no quieran darnos dinero para comprar lo último de ese diseñador francés. Qué baratos. – añade irónica Esther.
-Tan linda como siempre, Esther – dice Amelia.
-Bueno, pero recibí una carta del señor Harry Wottom solicitándome que viniera aquí, hoy, por un asunto de suma importancia ¿Es acaso el declive económico el trato que vengo a negociar? – dice Grace, un tanto seria. Un incómodo silencio reina la estancia. Amelia mira a Esther, discretamente. Esther asiente con la cabeza y se levanta de su silla.
-Mira, Grace, es sumamente delicado lo que te voy a decir – dice Esther – realmente, nunca pensé que llegaría este día…
Grace la mira con extrañeza. Las tres mujeres restantes se encogen de hombros. Amelia se levanta también.
-¿De qué hablas, Esther? – dice Grace.
-Grace, lo cierto es que… no se ve con buenos ojos…  que, en tu familia, no haya un hombre que domine… - dice Amelia. Grace entrecierra los ojos, con aspecto de duda.
-Lo que Amelia quiere decir, Grace, es que tú y tus hijas… han sido vetadas de nuestro círculo – añade Esther.
-¿Cómo que vetadas?
-Ya que no hay un cabecilla en tu casa, ya no habrá un sustento económico fiable. Por lo que, la junta decidió, que no puedes estar a nuestro mismo nivel – dice Amelia
-N-no lo entiendo…
-Es simple: como no hay marido, no habrá dinero. Como no habrá dinero, no te puedes juntar con nuestra clase – dice Esther.
-Por favor, no…. Somos amigas…
-Te amamos, Grace, pero no puedes estar con nosotros… no somos iguales… - añade Amelia
-Sucedió hace un par de años con Imelda Colman… Ella ahora es tu criada – argumenta Esther
-¿Me estás diciendo que ahora seré una criada?
-Te estoy diciendo tus opciones, también puedes morir sola y vieja en una cabaña en los campos – dice Esther.
-Esther, basta. Esto de por sí es desagradable… Disculpa, Grace, pero sabes como es esto, debe haber un hombre en tu familia y, pues, no lo hay… - anuncia Amelia.
-¡Me puedo casar! ¡Puedo contraer matrimonio de nuevo! – dice Grace, en un tono de ruego.
-Me temo que no es posible. Un hombre es para toda la vida, ¿no crees en el sagrado matrimonio? – dice Esther, quien, cada que habla, aumenta un tono en su voz como si disfrutara la desventura de la pobre mujer. Grace se acerca rápidamente a Amelia, con los ojos crispados, y le toma las manos.
-Vamos, Amelia, debe haber otra forma.
-Pues, sí hay solteros; siempre los habrá. Pero, el punto aquí es que, lo que nos separa de los demás, no es el estatus, si no, la fortuna, y, por desgracia, tú no eres la poseedora de la fortuna de William. – argumenta Amelia.
-¿Qué dices? – dice Grace, angustiada.
-Sí, tú no eres la dueña de la fortuna. Hace unos años, William te quitó de su testamento.
-Claro que no. Él no lo haría.
-Lo hizo – interviene Esther  - Ahora la fortuna le pertenece a otra persona.
-¿A quién? – pregunta Grace.
-A la que, en el momento de su muerte, sea su hija mayor – dice Amelia.
-¿Anna? ¿Anna es la heredera de toda su fortuna?
-De cada centavo – dice Esther.
-Oh, Dios…
-Por lo que, si quieres seguir en nuestra comuna… - dice Amelia. Grace la mira, curiosa. – Anna debe desposarse con alguien.
-¡Tiene veinte años! – dice Grace.
-Tú decides, Grace. ¿Quieres seguir con tu cómoda vida, o ser la criada de alguna de nosotras? – dice Esther.
-P-pero… Ni siquiera Anna tiene pareja…
-No te preocupes por eso. Mi sobrino tiene veintiún años. Soltero y buen mozo – Dice Amelia.
-¿Arthur?
-¿Qué dices, Grace? Compromete a tu hija con Arthur Potts, y tu vida no cambiará nada – argumenta Esther.
Un silencio reina la habitación. El aspecto de Grace es de angustia. Tras unos segundos, se endereza y mantiene el mentón en alto. Una lágrima recorre su mejilla.
-Lo haré. Anna se casará con Arthur.
[Fin de “The King Is Dead”] Fundido negro.

[Inicia “The Orange Tree”] Encontramos a Anna sentada en un prado. Tiene el cabello suelto y viste un hermoso vestido blanco que da una apariencia de ligereza. En un momento, se levanta y comienza a ejecutar pasos de ballet, se mueve por todo el lugar, danzando con frenesí, en una mezcla de angustia y disfrute. Da saltos, hace piruetas, se levanta y se mueve tan elegantemente como un cisne. Camina y mariposas blancas revolotean, a son con ella. Sin embargo, a lo lejos, la figura de un hombre, Arthur Potts (Bell), hace presencia y una mirada maligna hace que todo se oscurezca, Anna para y la imagen se desvanece. [Fin de “The Orange Tree”]

Nos encontramos en la sala de estar de la familia Watson. Anna está sentada en la parte media del sillón más grande, Grace y Helena, la hermana, están sentadas en el sillón de frente. Un silencio reina la estancia.

-Entonces, hija. Celebraremos una cena para afirmar que la boda se realizará. Esperemos que para la próxima semana. Después de todo, ya conoces al muchacho, es lindo ¿No te parece?
-Entonces… No hay vuelta atrás…
-Me temo que no, hija. Creo que debes hacerlo, sería egoísta si no lo hicieras.
-Egoísta…- en este momento, Anna tiene lágrimas contenidas en sus ojos, unos ojos llenos de ira y de desesperación.- ¡Egoísta eres tú! ¿¡Cómo puedes decirme con quien debo casarme!? ¡Eres la persona más asquerosa que he conocido en toda mi vida!
-¡Entiende, Anna! ¡No es capricho mío, es toda una vida, de tu hermana y mía!
-¡Me importa un demonio! ¡No deberías dejarme hacer esto! ¡Te odio! ¡Te odio tanto que no puedo aceptarlo! ¡Mi padre murió, pero debiste haber sido tú, desgraciada! ¡Te odio!
Anna sale corriendo de la habitación. Helena la sigue. Grace, helada, empieza a llorar. Observamos como Anna llega a su pieza, seguida por Helena, quien azota la puerta al entrar.
-Vamos, Anna, tranquilízate un momento.
-¿Cómo quieres que me tranquilice? ¡A ti no te están casando!
-¡No, pero eso no significa que actúes como una chica berrinchuda!
-¡Helena, lárgate!
-¡No me voy!... Quiero saber que estarás bien…
-A lo que me concierne, seré la persona más infeliz de la vida…
-Anna… Encontré a Jonathan…- Anna se vuelve, en frío.
-¿Cómo dices?- murmura, estática.
-Lo encontré ¡Lo encontré! Está viviendo en una cabaña en las afueras del bosque, en tu prado… en su prado…

Anna sonríe, como si no diera crédito a lo que escucha. Sus lágrimas de ira se convierten en lágrimas de felicidad. Helena le sonríe y corre a abrazarla. Fundido negro, que inmediatamente nos revela una nueva imagen.

[Inicia “Davy Jones’s Theme”] La cámara se acerca a un hombre alto, atractivo (Whishaw), vestido muy elegantemente en una fiesta de la alta sociedad, riendo y charlando con otros hombres y mujeres. Entonces, al segundo 37, la voz en off de Anna, narra los hechos que se ven en pantalla.

-Jonathan Smith, hijo del Barón Matthew Smith y de la Duquesa francesa, Joane Bouvier, hace cinco años era un hombre de mundo.  Participaba en todas las fiestas de la temporada, era querido por todos los reconocidos personajes de la alta sociedad europea. En Francia, era el nombre que todas las bocas pronunciaban, en España, todos morían por invitarlo a sus fiestas y era un lujo que asistiera, y en Inglaterra era el hombre del año. Era tan simpático y tan agradable, que su mejor amiga, Anna Watson, estaba loca por él. Sin embargo, una noche, en la fiesta de Caroline Tutum, una rica heredera, la policía llegó al lugar, con una orden de arresto para Jonathan, alegando que había sido la mente detrás de un atentado en una suite donde sus padres se hospedaban. Así, en la peor noche de su vida, se entera que ha quedado huérfano y que toda la culpa se la han echado a él. Jonathan, herido en su pobre corazón, y con una fuerza sobrehumana, logró huir. Tuvo que esconderse en todos los lugares posibles, en cada oficina de policía, su rostro aparecía como delincuente en fuga. Jonathan Smith tuvo que vivir como zorro, robando y huyendo para subsistir. Vivió en las casas de muchas familias, que ayudaban al pobre muchacho a recuperar la fe en la vida. Intentó suicidarse, treinta y siete veces para ser exactos, pero nunca ejecutó nada. En numerosas ocasiones estuvo a punto de ser atrapado, pero una en particular, la última, treinta hombres lo siguieron con pistola en mano hasta un río, donde él se sumergió, y donde nunca salió. (En el 2:36 de la canción) Cinco años han pasado desde ese momento, y Jonathan Smith se había declarado como muerto, hasta esa mañana, cuando Helena Watson decidió ir por un paseo en el bosque, llegando así al prado donde su hermana y su mejor amigo solían pasar el rato. En un acto de melancolía, se tumbó en el piso, con lágrimas en los ojos. Es entonces cuando llegó Jonathan Smith, la miró, la reconoció, y la abrazó. El hombre sin vida, había vuelto a nacer. [Fin de “Davy Jones’s Theme”] Fundido negro.

[Inicia “My Edward and I”] Una cabaña, en el medio del bosque. Un encapuchado deja un sobre al pie de la puerta, da tres golpes en ella y sale corriendo. Jonathan Smith abre la puerta, echa un vistazo y recoge el sobre. Lo revisa y nota que tiene el sello de la familia Watson y lo abre inmediatamente.  Jonathan lee y, con una expresión de alegría, se encierra en su cabaña. Fundido negro.

Vemos a Anna, en su recámara, con un corsé puesto, sentada al borde de su cama. Imelda (Adams) está en el armario, sacando algunos vestidos, algunos coloridos y otros discretos. Se puede apreciar que es de noche, ya que la amarillenta luz de la lámpara de techo ilumina toda la habitación, y por las cortinas no se cuela ninguna clase de luz.

-Señorita Anna, ¿qué color le gustaría usar? ¿Rubí o verde?
-Da igual.
-En especial, si me permite decirlo, me gusta el rubí. Resalta su piel de porcelana y sus bellísimos ojos.
-Si quieres. Me parece bien… El rubí, ese quiero.
-Perfecto – Imelda introduce el vestido verde al ropero. Anna se levanta y mira por la ventana. Solo aprecia la oscuridad de la noche.
-La ciudad es bellísima así, de noche. En la noche es cuando todos los pecados ocurren.
-Señorita ¿Quiere usar los diamantes o el juego de perlas? Los rubíes no se los ofrezco, ya que sería algo muy de mal gusto ir vestida tan planamente, siendo usted pelirroja.
-Haga lo que quiera, Imelda. Escoja lo que sea.
Imelda la mira con una seriedad horrible. Anna lo percibe y la mira. Imelda tiene los ojos crispados. Anna se desconcierta.
-Imelda ¿Qué le pasa?
-Anna… No entiendes nada ¿Verdad?- dice Imelda, al borde del llanto. Anna en realidad no entiende. –Yo daría lo que fuera por estar en tu lugar, lo que fuera, Anna. Casarse no es gran cosa, los matrimonios no son gran cosa. Vivir la vida es la gran cosa, lo es. ¿Sabes lo que es levantarse un día y tener que servir a los que eran tus amigos? ¡No lo entiendes, no lo entenderías! ¡Te están sirviendo la vida en una bandeja de plata y lo estás desperdiciando!
-Aunque no me case con Arthur, Imelda, tengo la fortuna de mi padre, eso no cambia.
-¡No seas estúpida! ¿Crees que le darán todo ese dinero a una niña ignorante? ¡La herencia es tuya si te casas!
-Puedo huir.
-¿A dónde? En ningún lado te harán caso si no estás casada.
-Me casaré a mi tiempo.
-Y morirás de hambre por lo mientras. No tendrás techo, no tendrás nada. ¿Qué le viene de vida a un trío de mujeres?
-Estás haciendo un escándalo.
-Anna, tienes que ser fuerte. Lo digo como amiga. Tienes que ser fuerte y enfrentar la vida como sea. Arthur es tu escape, úsalo. Sabes que si no lo haces, la vida te tirará. Sabes que pasará.
Anna se queda desconcertada. Sin embargo, un impulso, hace que abrace a Imelda, quien rompe en llanto. Un corte. [Fin de “My Edward and I”]
Estamos en el comedor de los Watson, donde, sentados en la mesa, se encuentran Grace, Helena, Amelia Potts, Geogre Potts (DiCaprio) y Arthur Potts, cuyo lugar a la derecha se encuentra vacío. Finalmente, Anna aparece. Todos se ponen de pie. GeorgePotts se acerca a Anna, elegantemente.
-Señorita Watson, que agradable verla de nuevo.- dice y, acto seguido, le besa la mano.
-Buenas noches, señor Potts.
-Hola, Anna, cariño.- dice Amelia.
-Buenas noches, señora Potts.
Arthur se acerca lentamente a ella, con un perfil amable y cariñoso.
-Buen día, señorita.- Igual que su tío, le besa la mano.
-Hola, Arthur.
-Bien, empecemos la cena, entonces.- anuncia Grace, alegre.

La cena transcurre amablemente, pero Anna siempre mantiene un perfil serio. Helena lo nota, pero continúa charlando con Amelia. Grace, por otra parte, mantiene atenta una conversación con George.

-Es cierto que tu sobrino es muy inteligente, George. Adivinó la edad de mis caballos hace rato, con sólo mirarlos a los ojos.
-Bueno, que te digo Grace, los Potts tenemos esas habilidades mágicas que no todos poseen.
-Encantador.
Anna está comiendo, mientras Arthur inicia una plática.
-Y bien, Anna ¿Estás emocionada?
-¿Debería?
-En realidad creo que sí. Te voy a salvar el cuello, después de todo. Serás mi esposa, después de todo.

Anna lo mira, fría. En un instante, la expresión amable de Arthur cambia a la de un hombre serio.

-Escúchame, niñita tonta, nos vamos a casar, te guste o no, serás mi esposa, te guste o no, y tendrás tu vida conmigo, te guste o no. Así que, porque no, te vas acostumbrando y tratando de lidiar con esto,  estúpida, porque, si no lo haces, sufrirás las consecuencias. – murmura duramente Arthur.
Anna lo mira, incrédula.
-Voy al tocador.- anuncia Anna.
-Te acompaño.- dice Helena.

[Inicia “The Promise”]Las hermanas salen del comedor y se van al sanitario. Anna, ya dentro, abraza a su hermana  y empieza a llorar. Helena la abraza con más fuerza.

-No me quiero casar con él, Helena, no quiero.
-No sé qué hacer, Anna. No podemos cancelarlo.
-Sí podemos. Viviremos en algún otro lado, lo que sea, pero, por piedad, no me digas que me debo casar con él, Helena, es horrible.
-¿Qué quieres hacer, entonces?
-Huyamos juntas, Helena. Vámonos de aquí.
-No podemos, Anna ¿Dejarás que mamá se hunda en esto sola?
-Mi madre es la última de mis preocupaciones en este momento. Esa mujer me debe mucho. ¡Vamos, Helena, hay que irnos!
-¿Y a dónde vamos?
-¡Con Jonathan! ¡Vamos a vivir con él!
-Anna, no podemos vivir como él.
-Pues me iré yo sola.
-Haz lo que quieras, pero a mi madre no la abandonaré, por mucho que te ame, hermana.
Anna abraza a Helena de nuevo. Empieza a pensar. Anna se recupera, se limpia las lágrimas y sale de la habitación. Helena sale tras ella. Anna llega al comedor.

-Arthur, ¿puedo hablar a solas contigo?

El joven, conmocionado, acepta y se va con Anna. Helena se queda en el comedor. Anna se lleva a
Arthur al jardín, y lo mira de frente.

-Escúchame, imbécil, me casaré contigo, me guste o no. Nunca te amaré, quiero que lo sepas. Finalmente, quiero aclarar, que esto lo hago solo para salvarme de la ruina total. Pero, quiero aclararlo nuevamente, no pienso amarte nunca, no pienso tener hijos contigo ni nada por el estilo. Quiero que sepas que nunca podré hacer nada contigo, no tendremos relaciones sexuales ni nada de eso ¿Entiendes? Solamente seremos un matrimonio perfectamente normal; uno donde no se hablan ni se aman. ¿Puedes vivir con eso?
Arthur la mira y la besa, apasionadamente. Anna no pone resistencia. Arthur la mira de nuevo.
-Ya vas entendiendo esto, preciosa.
[Fin de “The Promise”] Fundido negro.

[Inicia “The Poet Acts”] Vemos a Anna en el prado, sentada en una silla. Detrás de ella, se acerca lentamente Arthur. En un instante, la toma del hombro. Las hojas de los árboles empiezan a volar y crean una ilusión de ser remolinos. La oscuridad del prado es desconcertante, pero, en un instante, una luz se abre paso por entre los árboles. Anna mira la luz, y, de ella, aparece Jonathan. Anna se queda inmóvil, y Arthur, desaparece. El prado vuelve a su luz habitual, las mariposas blancas salen disparadas en todas direcciones. Jonathan se acerca a Anna, y ella le lanza una sonrisa. Él, se la devuelve. Finalmente, la rodea entre sus brazos y la besa apasionadamente. Anna sonríe. Jonathan la deja y la toma de la mano, dirigiéndose al bosque. [Fin de “The Poet Acts”]

Anna está sentada en la ventana de su recámara. Grace entra.
-Hola, hija.
-Ah, hola.
-Sólo quería decirte que ya tenemos el número de invitados para la boda.
-Excelente.
-Todos tus amigos estarán allí. Me llegaron prácticamente todas las confirmaciones.
-Hermoso.
-Y tu vestido está listo. Es blanco, manga larga. Te verás hermosa en él. Es importado, de América. Muy costoso. Cortesía de George Potts.
-Qué interesante.
Grace suelta un puñetazo en la ventana.
-¡Al menos finge que te importa que no nos quedaremos solas!
-Voy a salir.
-¿Qué? – Anna se levanta y se dirige a la puerta. - ¡Espera ahí, Anna! ¿A dónde vas?
-Voy a dar un paseo.
-Anna, hay un montón de cosas por hacer, la boda es en tres días.
-¿Y? Tú te metiste en esto: tú arréglalo. – Anna se va. Fundido negro.

Vemos a Anna, acompañada por Helena, entre los árboles del bosque.

-Anna, creo que yo te dejo aquí.
-¿Porqué?
-Supongo que tendrás muchas cosas que hablar con él.
-Vamos, quédate. En la carta no he dicho si vendré acompañada o no. Tienes todo el derecho de estar aquí.
-No es necesario, no estoy lejos de casa. Iré con alguna amiga o algo. Nos veremos después.
-Te amo, Helena.
-Te amo, Anna.

Helena se va caminando, lentamente, en dirección contraria a Anna. Anna camina, observando detenidamente los árboles, hasta que, algo en el fondo, llama su atención. [Inicia “Erica”] Anna empieza a caminar más lentamente, y una lágrima, acompañada con una sonrisa, hace acto de presencia. Es el prado. Anna se emociona y corre hacia él. Se tira en el pasto y suelta risas, las mariposas que siempre ha recordado siguen ahí y salen del suelo. Anna brinca y vuelve a brincar. Se le ve completamente feliz. Entonces, una mano le toca el hombro. Es Jonathan. Anna lo mira detenidamente. Se levanta. Sin habla, Anna lo abraza.

-¡Jonathan!
-Anna…
Anna no suelta al muchacho. Está estática y no puede creer que esté viendo al mismo chico que dejó de ver hace mucho tiempo. Ambos lloran, de felicidad, de amor. Anna le besa la mejilla.
-Eres un imbécil… ¡Me habías prometido nunca separarte de mí!
-Ahora estás aquí. Soy un imbécil muy feliz. [Fin de “Erica”] Un corte.

Los jóvenes están dentro de la cabaña. Jonathan, vestido en ropa muy corriente, le ofrece una taza a Anna.

-Disculpa, pero solamente tengo té verde. Sé que no es tu favorito, pero es lo único que tengo ahora.
-No te preocupes, Jonathan, estoy bien.
-Y, dime ¿Qué has hecho últimamente?
-Nada. Me caso en tres días.

Jonathan tira su tetera, la cual se estrella en el piso y se rompe en mil pedazos. Anna lo mira, con algo de tristeza. Jonathan la mira, muy sorprendido.

-¿Te vas a casar?
-Es un acuerdo, más que un matrimonio. Si no quiero perder mis “beneficios” de alta sociedad, debo casarme con ese imbécil. Arthur Potts, iba con nosotros en el colegio. Un muchacho muy callado, pero muy amable. Finalmente, he descubierto que es un perfecto imbécil y ya no doy crédito a las maravillas que se dicen de él.
-Es un patán.
-Es un idiota.
-Hace un par de días lo vi con una elegante rubia en el lago. Tenían un picnic o algo. Como sea, creo que te es infiel.
-No te preocupes, no somos pareja. El puede hacer todo lo que se le antoje. Estaremos casados, pero no seremos pareja. Nunca.

Jonathan se queda con un aire de felicidad. Anna no lo entiende, pero se acerca a él.

-¿Porqué nunca me dijiste que estabas bien? ¡No sabes lo mucho que sufrí!
-Ay, Anna, discúlpame, pero darle a la gente pistas de mi paradero sería un error muy grave y muy estúpido, a decir verdad.
-Bueno, eso es cierto. Pero pudiste hacerlo, has estado cinco años en constante movimiento y nunca te vieron, algo podías haber hecho.
-Anna, te juro que pensé todos los días en ti, y que tenía que verte. Por eso, cuando me llegó esa carta, mi vida volvió a brillar. No sé, de verdad te he extrañado como loco.

Anna se sonroja. Jonathan se agacha para recoger el desastre que hizo hace un momento. Anna lo mira, asombrada de que sea él en verdad. Finalmente, se levanta y lo abraza de nuevo. [Inicia “Get Too Close” (Desde el segundo 29)]

-Anna ¿Qué haces?
-Simplemente, quiero saber si eres mío, ahora.
-Anna… Siempre he sido tuyo.

Ambos se miran. En un instante, Anna lo besa. Jonathan la besa muy despacio y muy apasionadamente. Corte.

Observamos a Jonathan y a Anna, corriendo por entre los árboles, con imágenes intercaladas cuando eran niños y corrían en el bosque  igual que lo hacen ahora. Los árboles se ven cada vez más frondosos y el sol ilumina los rostros de los jóvenes. Jonathan la alcanza y la tira en el prado. La besa. Anna ríe. Jonathan la abraza. Se levantan y vuelven a besarse. De nuevo, la voz en off de Anna, se escucha.

-Nunca pensé que algo así sucedería. ¿Quién diría que lo que estoy haciendo en este momento lo había deseado desde hace años? Jonathan Smith es mi príncipe azul. Siempre lo ha sido y lo será. Simplemente, el único problema, es que la princesa se encuentra atrapada en el castillo, y será imposible poder salir de allí. [Fin de “Get Too Close”]
En unos de los árboles, podemos observar que se encuentra Arthur Potts, mirando la escena de los jóvenes enamorados. Su aspecto es de enfado, casi rozando con un rostro asesino. Tras unos segundos, se va, dejando atrás las risas de Anna y Jonathan. Fundido negro.

Ahora se encuentra Helena y Grace, en la sala de estar. Helena se encuentra leyendo un libro y Grace hace una llamada por teléfono.
-Sí, así es padre… No, Anna ya se confesó… Ajá… Entiendo, sí… ¿A qué hora? A las cuatro, me parece bien… ¿Algo más?... Perfecto, quiero los claveles… No, ella no está aquí. Debe estar muy concentrada en la boda ahora… No lo sé, hace días que no la he visto. Bueno, no es que no la vea, pero no está muy seguido por aquí… Yo creo que está viendo cosas para ponerse o algo… Tal vez, padre, tal vez… ¡No! Ella está segura… Vamos, padre, no estará diciendo… Entiendo, entiendo… Bueno, Anna es una chica buena, no hace destroces… Bueno, padre, debo colgar, mañana es el día y todo debe estar de maravilla… Hasta entonces.
-Mamá ¿Sabes dónde está Anna?
-Ni idea, tesoro, pero debe ser algo bueno si me hace quedar como tonta frente a todos…- dice Grace, mientras hojea un catálogo.
-Mamá ¿Estás segura que Anna… está segura de todo esto?
-¿A qué te refieres, Helena?
-Digo, ¿crees que le guste la idea de casarse con Arthur cuando él nunca le dirigió la palabra?
-Bueno, no debe gustarle la idea, sólo aceptarla. Ya sabes cómo es tu hermana, una rebelde sin causa.
-Pero, mamá… ¿Estás dispuesta a echarle a perder la vida a tu hija por pertenecer a un grupo?
-Helena, escúchame bien… Tu hermana sabe que esto es lo correcto, tú sabes que esto es lo correcto…
-¿Correcto para quién? ¿Para mí? No, claro que no. Anna debe hacer de su vida lo que plazca, lo que le guste. ¿Para ti? Dirás que sí, sacando tu lado egoísta, pero en el fondo, sabes que este es el peor error de su vida.
-Todos hemos cometido errores, todos hemos hecho algunos sacrificios por el bienestar de la familia.
-Cómo mentirle a mi “padre”, diciéndole que soy su segunda hija, cuando mi verdadero padre es un cantinero irlandés.

Grace se queda helada, se acerca rápidamente a su hija y le tapa la boca, como si alguien hubiera estado escuchando.

-Helena, habíamos dicho que esto no saldría de nuestras bocas ¡Nunca!
-Hay, vamos, no es tan grave. Todos ya lo han de saber, pero ponen su mejor cara para hacerte sentir mejor. Bola de hipócritas.
-Entiende, hija, esto es algo delicado. Un escándalo más y estamos muertas.
-Si tú lo dices…
-¿Y dónde se ha metido tu hermana? ¿¡Dónde está!?
-¿Anna? Lo desconozco.

Grace la mira con cara de seriedad. Helena, pone una expresión de que no sabe nada. Grace la observa y le susurra al oído.

-La pregunta sería, más bien… ¿Con quién está?

Helena traga saliva. Fundido en negro.
[Inicia “The Wedding Dress”] Vemos la pequeña cabaña en el centro del bosque.  Dentro, en una cama con unas sucias sábanas blanca, se encuentran Anna y Jonathan, desnudos. Anna está en el pecho del joven, mientras él juguetea con su cabello. Anna le sonríe y le besa los labios. Jonathan se endereza.

-Con que… Mañana es el gran día ¿No?
-Así es, señor.
-Y… ¿Qué se siente ser Anna de Potts?
-Asqueroso. Me repugna el pensarlo. Pero se pasará, ni modo.
-Y… ¿Qué piensas hacer después?
-Bueno, eso es algo de lo que nos encargaremos más tarde.
-¿Alguna vez te imaginaste que te entregarías a tu mejor amigo?
-Siempre lo tuve en mente, pero que pensara que llegaría me era más fantasioso que otra cosa.
-Genial.

Anna se endereza, también, y se baja de la cama. Su hermosa figura desnuda camina graciosamente por el  lugar y se detiene en una bolsa de tela negra, sin perder nunca la estilizada postura.

-Te tengo que mostrar algo…

Anna saca de entre las cosas de la bolsa, un hermoso vestido blanco. Es el vestido de su boda.

-Te verás hermosa.

Anna se enfunda en él y empieza a modelarlo, mientras danza por todo el lugar.

-Anna, te ves preciosa.
-Siéntete afortunado. Ni mi futuro esposo me ha visto en él. Ni la cerda de mi madre me ha visto en él. Ni Helena. Eres el único.
-Pues, me siento alagado. Tanta hermosura para un solo hombre.

Anna empieza a danzar por el lugar. Las paredes de la cabaña se desvanecen en un centello de luz. Jonathan se levanta, y empieza a danzar con ella. Las que eran las paredes son ahora enredaderas con rosas rojas de decoración, y ahora se encuentran en un lago. Las mariposas blancas aparecen y dan un aspecto romántico y sensible a la situación. Anna y Jonathan nadan en las clarificadas aguas del lado, dándose un beso por debajo del agua. Anna susurra unas palabras, y se aprecia que sus labios dicen “Te amo”. [Fin de “The Wedding Dress”] Fundido negro.

Vemos a Anna, en un corsé, frente al espejo de su habitación. Tiene un aspecto serio, mientras Imelda le cepilla el cabello y le polvea la cara. Helena también se encuentra allí, vestida de una forma muy elegante. Luce especialmente hermosa. En un instante, Anna se encuentra de pie y la criada y su hermana la asisten para que se ponga el vestido de bodas.

-¿Sabes lo que escuché, Anna?
-¿Qué escuchaste, Imelda?
-Cuando el embajador de Francia, Pierre Tiersen, te vio en el diario, dijo que le habías parecido la mujer más hermosa que había visto en su vida.
-¿En serio? No te creo.
-¡De verdad! Dice que en toda Francia ahora te conocen como “L’ Belle Anna”
-¿”L’ Belle Anna”?... Me encanta…

En ese momento, en el marco de la puerta, aparece Arthur Potts.

-Disculpen, Imelda, Helena, ¿nos podrían dejar a solas un minuto, por favor?
-Aún no está lista, señor Potts.
-Lo sé, Imelda, pero será un minuto.

[Inicia “Blindsided”] Helena e Imelda intercambian miradas y se marchan rápidamente del lugar. Anna se sienta frente a su tocador y empieza a pintarse los labios.

-No te dijeron que el novio no debe ver a la novia antes de la boda ¿O sí?
-Y a ti no te dijeron que no debes ser una ramera antes de la boda ¿O sí?

Anna se vuelve hacia él, anonadada. Arthur la mira con ojos de venganza.

-¿Cómo dices?
-No seas estúpida.
-No sé de que hablas.
-Lo sabes bien. Hablo del chico del bosque. ¿Creíste que no me daría cuenta?
-Estás alucinando.
-Claro que no, Anna, y lo sabes bien. ¿O por qué, entonces, nunca estás en casa? ¿Porqué tu madre ya nunca te ve? ¿Por qué, Anna? Dilo.

Anna se levanta de su silla y se acerca a la ventana. Da un vistazo y se sumerge un momento en la oscuridad. Se endereza y vuelve a tomar asiento.

-Te vi en el bosque con él. No puedes decir que no, yo te vi.
-Te dije que no te amaba. Pues bien, hay razones.
-Sí, pero no sabía que me estarías tomando el pelo.
-Yo no te tomo nada, Arthur. ¿Y qué hay de la rubia del lago?
-Cierto, pero los hombres tenemos otras necesidades, diferentes a las mujeres. Los hombres somos distintos a las mujeres.
-Mira, Arthur, te lo había advertido: no pienso tener nada que ver contigo, salvo un matrimonio, destacando el hecho de que, te avisé, nunca te voy a amar.
-Sí, pero ¿Acaso piensas que voy a dejar que, cuando se enteren de tu infidelidad, seamos la comidilla de todos?
-No sé, ni me importa. Yo lo amo a él, no a ti.
-Pues escucha, zorra, si ese hombre entra a la boda, lo mataré con mis propias manos.
-Perfecto, no lo harás, porque él no vendrá.
-Me parece genial, entonces mi tío se encargará del asunto.

Arthur se da media vuelta y Anna se levanta de golpe.

-¿Tu tío?
-¿Crees que lo  voy a dejar así? Eres mía, Anna, o no eres de nadie.
-Arthur, no digas estupideces.
-Y tú no intentes hacer nada. Probablemente no lo mate, si te quedas calladita.
-Es imposible, George estará en la boda.
-¿Qué crees que le importa más, una boda, o que el nombre de los hombres Potts quede intacto? Ningún imbécil quedará de pie, si eso mancha la familia.
-Arthur, no lo hagan. – Anna comienza a lagrimear.
-Muy tarde, princesa… te veo en el altar.

Arthur sale de la habitación. Anna lanza un alarido y rompe en llanto. En ese momento, Grace entra a la pieza.

-Anna ¿Qué ocurre? Estás armando un escándalo.
-¿¡Y a mí que carajos me importan los escándalos!? ¡Esta boda es la peor farsa de la vida!
-¡Anna, contrólate!
-¿¡Cómo puedo controlarme cuando mi vida está a punto de ser borrada del mapa!?
-¿De qué hablas?
-¡De Jonathan Smith, madre!

Grace se queda desconcertada. Anna sabe que lo ha arruinado, pero no le importa, y sale corriendo de la habitación.

-Anna… ¿A dónde crees que vas?... ¡Anna!

Grace la sigue por detrás, corriendo. Anna se encuentra corriendo en el bosque, tomando el vuelo del vestido con ambas manos. Sus lágrimas recorren su piel de porcelana. Un corte. Vemos a Grace entrando a la iglesia.

-¡Anna ha escapado!

[Fin de “Blindsided”] Todos los asistentes se levantan. Helena se lleva una mano a la boca, pero con ojos de esperanza. Esther y Amelia, quienes estaban en primera fila, hacen una expresión de profundo enfado. Amelia se acerca rápidamente a Grace.

-Espero que esta sea una broma de mal gusto, Grace. No dejarán plantado a mi sobrino en el altar.
-¡Anna escapó, Amelia! ¡No sé a dónde fue!
-Pues mira, tesoro, si tu hija no regresa, este será el escándalo de la temporada. Una pesadilla para las Watson, solteronas y sin dinero, porque la rebelde Anna no quiso contraer nupcias y huyó dejando a su madre y su hermana en la calle. Qué triste historia, Grace, triste de verdad… – añade Esther, quien se acercó lentamente a las mujeres.
-Me tienes harta, Esther. Eres una arpía mentirosa.
-Así somos las mujeres de por aquí. Lástima que ya no serás de nosotras.
-Grace, trae a Anna ahora mismo. – dice Amelia.
-¿Saben qué? ¡Es todo! No obligaré a mi hija a que caigan en manos de un par de brujas asquerosas como ustedes. Me largo.
-¡Grace, vuelve aquí!

Grace se acerca furiosa a la entrada, llamando a su hija Helena.

-Madre ¿Estás segura?
-Dime dónde está Anna

Fundido negro.

[Inicia “Opening”] Anna corre a máxima velocidad por el bosque, un poco aturdida y sin saber a dónde ir en realidad. Su ajetreo es notable en sus gemidos y en su respiración, cada vez más fuerte.

En ese momento, George Potts se encuentra llegando a donde la cabaña. Se puede notar que tiene un rifle en mano.

Anna llega a un río y lo cruza, mojando así todo su vestido.

George Potts se acerca lentamente a la entrada de la cabaña.

Anna atora su vestido en la rama de un ciprés. El vestido se rasga.

George toca a la puerta de la cabaña.

Anna ve el prado. Corre a través de él.

-Falta poco… ¡Jonathan!

Jonathan abre la puerta. George lo mira directamente a los ojos.

Anna aprecia la cabaña a lo lejos.

George suelta un puñetazo en la cara de Jonathan.

Anna se acerca a la puerta.

George apunta con el arma a la frente de Jonathan. En ese instante, Anna lo empuja por detrás y la bala se pierde. [Fin de “Opening”] [Inicia “The Piano Duet”]

-¡Anna!
-Jonathan, no dejaré que te hagan daño.
-¡Anna, debes irte ahora mismo!
-¡No lo haré, Jonathan! ¡Te amo!
-Y yo te amo a ti, Anna, pero no es momento…
-Así es, Anna…- dice George, levantándose- no es momento de que esto pase. Es hora de que te vayas, cariño, deja a los hombres que se encarguen de esto.
-George, te juro que si lo matas, te arrepentirás, te lo juro.
-¿Arrepentirme? ¡Es Jonathan Smith, maldita sea! El joven asesino que huye de la ley. ¿Cuántos años hace que mataste a tus padres? ¿Cuatro? ¿Cinco?
-Yo no lo hice.
-Seguro, muchacho. Y, es cierto, yo sé que tú no lo hiciste. [Fin de “The Piano Duet”]

Jonathan se endereza, con una cara de incredulidad. Anna lo mira. George se acerca lentamente al joven. Anna lo mira, sin entender qué ocurre. [Inicia “The Truth About Ruth”]

-¿De qué habla, George? – pregunta Anna.
-De lo que ocurrió esa noche, por supuesto.
-¿Qué ocurrió esa noche? – pregunta Jonathan, con un hilo de voz muy bajo, casi quebradizo.

La escena se torna en una calle empedrada, frente a una enorme plaza, durante la noche. Hay coches por todos lados y caballos que llevan a los ricos en lujosas carrozas. Un hombre aparece en escena y se dirige al frente, hasta llegar a un enorme hotel blanco. El hombre entra al hotel y sube las escaleras. De pronto, la voz en off de George Potts narra lo que sucede.

-Esa noche, el día de la fiesta de esa chica, tus padres se hospedaban en la lujosa suite imperial del Hotel Concordia. Tus padres tenían negocios y acuerdos políticos con Elmer Potts, mi hermano. Sin embargo, tus padres, astutos, lo traicionaron y lo hicieron quedar en bancarrota. Así que, con mi hermano en la cárcel, y por el honor de la familia Potts, me dirigí exclusivamente hacia el hotel. En ese instante sabía que me haría cargo. Recorrí el pasillo muy lentamente, con un artefacto ruso que compré en un mercado negro en mi último viaje a Alemania, capaz de acabar con la vida de cien hombres en un salón. Sin embargo, la letal arma solo heriría a dos. Es entonces cuando decidí  poner tus huellas digitales, tus prendas y dejar bien claro el motivo por lo que lo harías: la herencia, la multimillonaria escena. Así, pasé el artefacto por debajo de la puerta y, el resto es historia. La bomba explotó y tus padres murieron al instante. Pero, no te preocupes, no sufrieron, es más, ni lo sintieron. Pero esa fue una lección, para que aprendan a no meterse con los Potts.

La imagen regresa a la cabaña. Anna abraza fuertemente a Jonathan, quien tiene ira en los ojos.

-¡Eres un hijo de puta!
-Calmado, toro. Que aquí todo se acaba.
-¡No, George!
-¡Claro que sí! Y después de él, terminaré contigo, perra. Debes aprender a no meterte en la mejor familia de Europa.

Se escucha un disparo. Fundido en negro. Jonathan está intacto, y Anna también. George suelta el rifle y cae al suelo. Detrás de él, se encuentra Arthur, con una pistola de mano. [Fin de “The Truth About Ruth”]

-¿Arthur?
-Hey, no me juzgues, era la oportunidad perfecta: deshacerme del tío y luego culpar al chico que sufrió los últimos años por su culpa. Así, tengo la herencia.
-Estás loco.
-Tienes razón. Los Potts somos asesinos natos. Me intriga, y a veces asusta, pensar lo que podemos llegar a hacer por nuestra ambición. Sin embargo, bueno, tenemos al perfecto chivo expiatorio aquí. Leones por corderos, es alma del viejo crimen.
-Arthur, no hagas esto, él no tiene nada que ver. [Inicia “Elegy for Dunkirk”]
-Eres tan parecida a tu padre, Anna. Los dos son unos llorones. Lástima que él no tuvo tiempo de llorar…

Anna se queda paralizada.

-¿Qué quieres decir?
-Vaya, tendré que decirlo ahora. Bueno, así la bomba no te cae tan de sorpresa. Yo, cariño, asesiné a tu padre.

Anna se queda boquiabierta.

-En serio. Mi tío George tenía los papeles de tu padre, en el, su testamento. Sabía que todo el dinero caería a ti. Sabía que todo eso lo tendrías, pero, al no estar casada, se te retiraría. Entonces, entraría yo, pidiéndote matrimonio para salvar a tu familia. Pero, en realidad, tu familia es lo que menos me importa. No, es más, me importa más Jonathan Smith. No puedo permitir que te vayas con otro hombre con mi dinero, eso sí que no.
-Arthur… Lo… ¿L-lo hiciste?
-Claro que sí, Anna. Y todo el plan salió a la perfección… Tu padre solía tomar el té todas las tardes en el jardín norte de tu morada. Un día, llegué a tu casa, disfrazado, y le rogué a Imelda que probara un nuevo té para su patrón, “exportado del Japón”, dije. La pobre como que recordó sus años dorados, donde se daba el lujo de ingerir bebidas carísimas, y aceptó. Creo que es obvio decir que el arsénico no es el fuerte de tu padre y así ¡PUM!, se murió.
-Arthur… ¡El que morirá eres tú! ¿¡Cómo te atreviste a hacerlo!?
-Fue cosa fácil, tesoro. El dinero mueve montañas.

Anna se acerca rápidamente a Arthur, pero Jonathan la detiene. Sin embargo, Grace le arrebata la pistola de mano a Arthur.

-Arthur…  ¿Crees que las riquezas mueven montañas?-dice Grace, mientras apunta.
-Grace, relájate…
-Bueno, Arthur, verás, siempre tuvimos lo que quisimos, teníamos lujos, todo lo que cualquier hombre o mujer desearía tener.
-¡Grace, baja el arma, ahora!
-¿¡Pues sabes una cosa!? ¡No todo lo que brilla es oro, infeliz!

Grace le da tres disparos. El cuerpo de Arthur cae al suelo. Helena corre a abrazar a Anna, y esta, a su vez, abraza a Jonathan. Finalmente, Grace interrumpe el abrazo.

-Nos vamos, Anna.
-¿A dónde?
-No lo sé. Jonathan, recoge lo elemental y vámonos ahora mismo.

Grace sale de la cabaña. Jonathan rápidamente toma una valija que se encontraba debajo de su cama y empieza a guardar cosas de algunos compartimientos. Anna se acerca a Helena.

-¿A dónde nos lleva mamá?
-Hace rato recogimos unos boletos de tren, pero no sé a dónde vamos

Finalmente, Jonathan guarda las armas en su valija, la cierra, toma del brazo a Anna y salen de la cabaña. Helena cierra la puerta y deja los cuerpos de los Potts dentro. Apaga la luz. Fundido negro.

[Inicia “To Kill A Mockingbird”] Encontramos el prado. Entra Anna, vestida con un hermoso vestido blanco y empieza a danzar, los mismos pasos de ballet que ha interpretado siempre. Esta vez, Jonathan, Grace y Helena, están sentados a su alrededor, viendo su hermosa danza. Es entonces cuando, en el segundo 39, la voz en off de Anna hace presencia.

-El 29 de Agosto de 1921, se encontraron muertos a George Walter Potts y a Arthur Avaleen Potts, en una cabaña a las orillas de un lago, en un bosque Norte de Inglaterra. Se encontraron sus cuerpos con impactos de bala, uno en la columna vertebral, en el caso de George, y tres en el pecho, en el caso de Arthur. El propietario de la cabaña nunca apareció. Por otro lado, la familia Watson, de la casa 23 de la calle Greenwood, nunca volvió a ser vista. Su ama de llaves, Imelda Benson, testificó que esa misma noche se habían ido en busca de la hija mayor, Anna, y que jamás habían vuelto. Un par de días más tarde, se les vio a las chicas Watson tomando un expreso a París, Francia. Las acompañaba un atractivo joven, el cual no pudo ser identificado. La familia fue llevada a la estación de policía central, en París, y se les acusó del asesinato de los Potts, ya que las armas homicidas fueron encontradas en su equipaje. Fueron condenadas a cadena perpetua, y la madre, Grace y la hija menor, Helena, ahora pasan su vida en una prisión en Londres. La hija mayor, Anna, fue encontrada muerta en su celda un día después de que le anunciaran que Jonathan Smith, el joven que las acompañaba, fuera ejecutado en Londres, por el cargo de homicidio de sus padres y por ser cómplice en los homicidios a los Potts. “L’ Belle Anna”, como era conocida esta mujer, fue el nombre que más se escribió en los diarios londinenses entre 1921 y 1923, año de su muerte. Una de las encarceladas, Myriam Loren, anunció que las últimas palabras de Anna fueron: “Mis últimos días fueron los más felices de toda mi vida. Los pasé como quise, con quien quise. Pero, al final de todo, descubrí que no todo lo que brilla es oro”. Fundido negro. [Fin de “To Kill A Mockingbird”]
[Inicia “Ride To Death”] Inician los créditos.


11 comentarios:

  1. Bueno parece que en este DB las obras están muy narrativas eh... Interesante eso de que la obra sea de ‘época’, y la ambientación que le has dado. Me gusto, aunque esos giros ‘inesperados’ casi al final no mucho. La música también me parece acorde. Gran reparto.

    Felicidades Mario! :D

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  2. El desenlace ha sido una de giros inesperados que ni te cuento jejeje. Me ha gustado. Está bien retratado ese ambiente hipócrita de la alta sociedad de principios de siglo. Estupendo en reparto, en especial las féminas... y qué música! El poster lo veo nominado.
    Es una obra ágil, amena. Eso del romance casi imposible, o a lo Romeo y Julieta me ha venido muy bien.
    Saludos,

    Vivi.

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  3. Demasiados giros inesperados al final, ustedes disculparán. xD

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  4. Bueno vamos a ser breves aquí. =) Excelente reparto. Excelente ambientación. Entra en mi top3 de lo que va del festival. Un final potente, una introducción justisima y medida. Un desarrollo arrollador. Tendrá mi voto jeje (Que buen póster por cierto)

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  5. El final ha sido como de tumbo en tumbo, pero a diferencia de los demas me ha encantado!!! Excelente el reparto!! Lo veo nominado junto a la exquisita musica y el excelente poster. Una historia muy buena, tal vez algo clicheada pero con un desarrollo muy interesante. Quizás luego de Till The Collapse logres una nueva nominacion a mejor obra.

    Saludos.

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  6. Bueno, bueno, bueno... que obra ;)
    Vamos por partes jajaja sonamos, Dialoguista da lata. jajaja
    La obra me gustó mucho. Primero lo que no me cerró tanto. Las voces en off. O mejor dicho, como están incluídas (por ejemplo, la que más descoloca para mi es la de Di Caprio). Otra cosa que no me cerró, es toda esa vuelta última, no porque dramáticamente no este bien. ESTA GENIAL. Sino por cómo es que nos enteramos, se me hace poco creíble que ellos digan todo allí mismo. Por todo lo demás, todos esos giros pero gustaron.
    Lo bueno, esos giros, si, me parecen que enriquecen la cosa.
    La historia secundaria, de "amigo" de Anna, enriquece la obra.
    Las actuaciones de la madre y la arpía, un lujo!!! (Eso sí, no me cerró tanto cambio repentino en la mujer).
    La música, otro acierto.
    Las partes esas "de ensueño" me gustaron mucho, muchísimo.
    El final, genial!!! Ahí si me gustó la voz en off.
    En definitiva, una muy buena obra. Te quejabas de gusto, te salió muy bien ;)

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  7. "todos esos giros me gustaron" quise decir ;)

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  8. pero cuántos giros, cuánto drama, qué diálogos, qué gravedad, qué actrices!
    que lo dirija Joe Wright ya!
    jjj
    Una obra barroca, excesiva, con momentos brillantes.
    Felicidades!

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  9. la obra me encanto es genial,Excelente reparto!!! el final no me gusto mucho!!se me hizo un poco triste.Muchas felicidades!!!

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  10. Vaya culebrón de obra... y no lo digo como algo malo!! Los giros me han descolocado un poco... no digo que no me gusten, solo que quizás los hubiera trabajado más. Aun así, el reparto es genial, la banda sonora también... y me encantan las historias de época así que me gusta. Con esto de la hipocresía de la alta sociedad me ha recordado un poco a El Amante de Lady Chatterley xDD

    Saludos ;)

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