Título: “Your Help”
Directed By: Alejandro Salgado B. (A.S.B).
Género: Drama
Clasificación: Apta para mayores de 15 años.
Elenco:
Joseph Moore (Gael García Bernal)
Peter Moore - Padre de Joseph (Al Pacino)
Emily Moore - Madre de Joseph (Sally Filed)
Alice Black (Claire Danes)
Frank Owen (Skandar Keynes)
Lucy Owen - Madre de Frank (Marion Cotillard)
Madeline White (Nicole Kidman)
Alfred Hill - Jefe Vigilancia (Morgan Freeman)
Adam - Vigilante (Orlando Bloom)
Aparición especial:
Grace Black (Chloe Moretz)
Música:
- Remembrances (John Williams) http://www.youtube.com/watch?v=2TXq4kNbU8E&feature=player_embedded#!)
- High and Dry (Radiohead) (http://www.youtube.com/watch?v=FiAabaTBD-E)
- Fade Away (Oasis) (http://www.youtube.com/watch?v=AMy-pTscB78)
- Claro de Luna (Beethoven) http://www.youtube.com/watch?v=TVDREzBijRI)
- Peer Pressure (Jon Brion) (http://www.youtube.com/watch?v=_s54UdZpeqk)
Sinopsis
Después de terminar la carrera de literatura, Joseph trata de buscar la inspiración para escribir su primera novela. Así demora unos cuantos años, sin que pueda completar nada. Joseph cae en una profunda frustración hasta que se encuentra con una noticia que llama su atención en los diarios: Durante el último mes, 20 personas se han suicidado lanzándose de la cima del edificio del banco “Your Help”. Joseph encontrará por fin su inspiración… y su desgracia.
Argumento
Suena: Remembrances (John Williams)
Una sombra se refleja en el vacío, al parecer una persona se encuentre al borde de la cima de un edificio. (La cámara muestra lo que ve la persona, pero nunca a la persona). Se observa el horizonte, donde se vislumbran más edificios, y a lo lejos los últimos rayos de sol poco a poco van desapareciendo y tiñendo la atmósfera de una oscura y gris tristeza. De repente cae del edificio un pañuelo. Al encontrarse con el viento se extiende y flota en el aire. En el centro del pañuelo se aprecia una mancha, al parecer está un poco mojado. El viento lo eleva y lo deja caer, se mueve como la inseguridad. El viento lo arrastra hasta la ventana de un apartamento donde queda pegado. Una mujer abre la ventana y deja que el pañuelo siga cayendo. El pañuelo sigue flotando y descendiendo en caída libre, hasta que cae en la mitad de una calle. Una persona que cruza por la calle en ese momento lo recoge, lo sostiene en su mano y lo mira con detenimiento porque cree reconocer algo en él. Entonces, mira hacia arriba, y se ve la imagen que aparece en el póster. Un edificio y un cielo imponente lleno de nubes. La imagen de color se va oscureciendo, hasta alcanzar un contraste entre el blanco y el negro, hasta que logra el color del póster. Y entonces aparece el nombre de “Your Help” en el fondo, tal como en el póster, y se va oscureciendo la pantalla con la música aún sonando cada vez más lento. Cuando ya está a punto de oscurecerse toda la pantalla, la música se detiene completamente y suena un fuerte impacto.
Aparece por primera vez Joseph, sentado en un escritorio y atento a un cuadernillo, donde empieza a escribir. La cámara se va enfocando lentamente hasta mostrar solamente la mano de Joseph escribiendo.
(Voz en off de Joseph)
Siempre me gustó la literatura, por eso no dudé nunca la elección de la carrera que quería estudiar. Me pasé gran parte de mi juventud leyendo libros de los clásicos, y maravillado siempre soñaba con el momento de ver mi primera novela publicada.
En la universidad, no aprendí gran cosa. Tal vez porque estaba en una universidad pública, y pasábamos gran parte del tiempo en protestas… Aunque para que negarlo, era divertido no dar clases y pasar todo el día sentado, mientras otros compañeros hablaban, asumían el liderazgo y preparaban todas las propuestas. Yo nunca he tenido ese espíritu. Tal vez porque siempre he pensado que son unos idiotas, y que nada de lo que hagan va a cambiar lo que ya está. Para eso tendrían que exterminarnos a todos. (Deja de sonar High and Dry)
Inmediatamente suena: Fade Away (Oasis) http://www.youtube.com/watch?v=AMy-pTscB78
(Continúa la voz en off de Joseph, y cada acción se presenta en recuerdos de Joseph en el pasado)
(Joseph recordando sus clases en la universidad)
Me gradúe, ya pasados los años porque supongo que la universidad quería salir de nosotros rápido. Acepté una propuesta que me hicieron, mientras los otros idealistas quedaron para seguir con su lucha… o tal vez porque algunas ya estaban condicionados y les daba miedo estar por fuera de la aulas… es sólo una idea, no sé si es verdad.
(Joseph en su casa, mientras sus amigos se gradúan)
No hubo ceremonia de grado. Algo que agradezco muchísimo. No soporto ese tipo de celebraciones. ¿Celebraciones? ¿Acaso no es la licencia de entrada que certifica que a partir de ese momento ingresas oficialmente al sistema?
(Joseph revisando el facebook de sus amigos)
Muchos de los compañeros más revolucionarios, los vi en facebook, como publicaban sus fotos de la ceremonia, y luego como cambiaban sus trajes informales, por los uniformes y trajes de saco y corbata. Esa es otra idea que no soporto, estar vestido de esa forma. Creo que tal vez también por eso elegí ser artista, o escritor. Aunque muchos de mis compañeros ya oficialmente “escritores” no podían esperar a cambiar de ropa, para lucir más serios… en fin creo que es un síndrome general adquirido.
(Deja de sonar Fade Away)
(Continúa el monólogo de Joseph, esta vez sin música, y nuevamente en la escena de él escribiendo en su cuarto)
Cuando me gradúe, no busqué empleo, quería empezar a escribir mi gran novela, esa que imaginé de pequeño… pero nada que se me ocurría nada… pensé escribir sobre la universidad, los revolucionarios falsos, sobre la inevitable entrada oficial al sistema de todos los jóvenes, sobre el puta mundo tan loco y miserable en que vivimos. Y sobre los malditos seres humanos, pero no encontraba la forma de contarlo, de narrarlo.
Desde que me gradué han pasado 10 años, vivo en un pequeño cuarto, el cual paga mi madre (sin decirle a mi padre, claro), ya que él fue quien me votó de la casa, diciendo que era un parásito social, que no aportaba nada al mundo. No sabía cómo responder, creo que tenía toda la razón, y simplemente me fui. Aunque mi madre me buscó enseguida. Le prometí que iba a escribir mi gran novela, y aún sigo intentándolo…
(Joseph rompe la punta del lápiz, al escribir la última palabra)
Suena: Claro de Luna (Beethoven) http://www.youtube.com/watch?v=TVDREzBijRI
La cámara recorre un pasillo lentamente y se detiene en una puerta. Por la hebilla de la puerta continúa, recorre una pequeña mesa llena de libros. Luego, una computadora hp cerrada; sigue hacía la papelera llena de hojas arrugadas, cajetas de cigarrillo y paquetes de doritos. Recorre la cama desde los pies, hasta llegar al rostro de Joseph. (Deja de sonar Claro de Luna)
Suena el despertador, Joseph abre los ojos, se estira y se sienta en la cama. Se queda estático durante un minuto y apaga al despertador.
(Suena el teléfono)
Joseph: Si
Emily: ¿Dónde diablos has estado?, te he estado llamando desde anoche.
Joseph: Ma, Me habré quedado dormido.
Emily: Mmm, bueno y ¿cómo amaneciste?
Joseph: Ehhh pues bien, bien. Eso creo.
Emily: Oh, ¿por qué? ¿Te pasa algo?
Joseph: No madre, por favor, no seas dramática. Preocúpate cuando te diga que estoy súper bien.
Emily: Hay no, tu nunca cambiarás, ¿verdad?
Joseph: Ojala pudiera, pero no creo.
Emily: Bueno hijo, yo confío en que si lo harás. Tengo fe en que lo harás, rezo todos los días por eso.
Joseph: Mmm… ok.
Emily: ¿Y cómo vas con la novela?
Joseph: Pues de maravilla… no he pasado de la puta primera página.
Emily: Hay mi Joseph, ¿sabes porque te puse ese nombre?
Joseph: No me lo quiero ni imaginar
Emily: Tu padre quería llamarte Bill. Así como Bill Gates, porque quería que fueras tan exitoso y rico como él.
Joseph: Wow, estoy conmovido.
Emily: Pero me impuse a tu padre… Bueno, al menos en eso.
Joseph: Si gracias mamá. Te estaré eternamente agradecido. Me tengo que ir a trabajar en la novela.
Emily: Bueno, está bien. Te llamaba para preguntarte si querías venir a almorzar. Fue idea de tu padre.
Joseph: …
Emily: Sigues en el teléfono
Joseph: … bueno, porque no.
Emily: Listo, a las 12 en punto.
Joseph cuelga y se tira nuevamente en la cama y se queda estático mirando hacía el techo. La cámara se acerca hasta su rostro y enfoca sus ojos negros. Sigue acercándose hasta uno de los ojos, hasta que la pantalla queda toda cubierta de negro.
(Joseph va a la casa de sus padres)
(Suena un timbre y abre la puerta su padre)
Peter: Hola
Joseph: Hola
Peter: Eh… ¿Cómo has estado?
Joseph: Bien…
Peter: Pasa.
Joseph pasa y se sienta en el sofá, donde empieza a hojear el periódico. Su padre se sienta en el sofá también frente a él y le pregunta:
Peter: ¿Y cómo vas con la novela?
Joseph: (sin dejar de hojear el periódico) Bien, bien.
Peter: ¿Sobre qué estás escribiendo?
Joseph: …
Peter: ¿Me escuchaste?
(Joseph se encontraba absorto en una página del periódico)
Peter: (gritando) ¡¡Joseph!! ¡¡Te estoy hablando, maldita sea!!
Joseph: Disculpa… oye papá…
Peter: ¡¡Que!!
Joseph: ¿Tú no trabajas en ese edificio Your Help?
Peter: Sí imbécil, ¿no lo sabías?
Joseph: Si… te preguntaba para confirmar. Oye ya viste la noticia de las personas que han saltado del edificio en el último mes.
Peter: Si, esos idiotas. Y no es sólo de este mes. Muchos se han tirado desde allí.
Joseph: y… ¿por qué?
Peter: Por estúpidos, ¿por qué más? Cobardes, inútiles. Una señora se lanzó porque tenía una deuda y no tenía dinero, otro porque perdió el empleo, otra mujer porque su esposo al parecer le pegaba, y la última…
Joseph: No han averiguado el motivo. Si lo estoy leyendo.
Peter: Pero como te digo, son miserables sin ningún tipo de valor.
Joseph: ¿Sabes?, si todos los del edificio y el banco son como tú, no me sorprende la noticia.
Peter: ¿Que quieres decir con eso?
Joseph: Nada… una simple deducción.
Peter: Pues una deducción muy estúpida. Esos miserables tienen una actitud parecida a la tuya. Sabes ahora que lo pienso, creo que eres un candidato ideal para engrosar esa lista. Sólo que preferiría que escogieras otro edificio. Sabes, trabajo allí.
Emily: Cállate, como se te ocurre decir eso.
Joseph: Déjalo mamá, yo sé que es lo que siempre ha querido.
Emily: No digas eso Joseph, por favor. Tu padre te quiere.
Joseph: Si, en fin. Quería preguntarte, si puedo ir al edificio a investigar por la historia.
Peter: ¿Investigar qué historia?
Joseph: Los suicidios. Creo que puede salir una buena historia de esto. Me llama mucho la atención.
Peter: Es ridículo.
Joseph: ¿Por qué lo dices?
Peter: Es una historia estúpida. Sólo sale en el diario y nadie le ha prestado atención. Sólo creo que van a reforzar la seguridad en el último piso y ya.
Joseph: Pero a mí me interesa.
Peter: Bueno, es tu problema. Puedes ir, el edificio no es mío. Sólo que no te vayas a lanzar. Al menos en ese no.
Joseph: No, no te preocupes. No te decepcionaré.
(Joseph el día siguiente se dirigió al edificio del banco “Your Help”. Cuando llegó se dio cuenta que su padre ya había avisado a los vigilantes)
Adam: Bueno, ¿Qué es lo que quieres hacer?
Joseph: En realidad, quiero escribir una historia sobre estos acontecimientos. Una novela. ¿Tienen datos sobre las personas que se han suicidado aquí?
Adam: Si claro, pero la información la tiene el jefe de seguridad del edificio. Puedes pasar, está en el piso número 10.
Joseph: Ok, gracias.
(Joseph sube el edificio y llega a la oficina del jefe de seguridad del edificio)
Joseph: Buenos días, soy Joseph Moore. Estoy aquí porque quiero escribir una historia sobre los suicidios en el edificio.
Alfred Hill: Si, sé quién eres. Adam, el vigilante me ha informado antes que llegarás.
Joseph: Bueno, ¿podría ayudarme con la información?
Alfred Hill: Honestamente, no estoy muy de acuerdo con tu invento. Pero te daré unos datos que te parecerán alarmantes. El edificio del banco “Your Help” tiene aproximadamente 40 años de existencia. Yo he estado todos esos 40 años. Empecé de vigilante. Desde que estoy aquí, por una extraña razón, más específicamente hace 20 años, varias personas se han suicidado lanzándose desde la cima del edificio.
Joseph: ¿Cuantos pisos tiene?
Alfred Hill: 20 pisos solamente. La verdad es que no es muy alto. Hay edificios más altos en la ciudad. Algunos casos los hemos identificado, otros no hemos podido identificar la razón del acto.
Joseph: ¿Y sabe cuántos suicidios se han presentado?
Alfred Hill: Como te dije, hace 20 años empezó. En los últimos 20 años ha habido 500 suicidios.
Joseph: Wow, increíble. ¿Todos muertos?
Alfred Hill: Buena pregunta. En realidad, casi la mitad ha fallado en sus planes. El último intento fallido fue un joven de unos 15 años.
Joseph: ¿Un joven?
Alfred Hill: Si, no sabemos porque lo hizo. Los padres lo tienen vigilado y lo está tratando un psicólogo.
Joseph: Mmm
Alfred Hill. También está el caso de una mujer de 40 años. Que hace aproximadamente un mes intentó hacerlo, pero quedó viva. Bueno… está en una silla de ruedas ahora. Que mal, ¿verdad? Creo que lo peor para esas personas es quedar vivas, porque cuando quedan peor que antes, es terrible.
Joseph: Sí, me imagino. ¿Cómo puedo encontrarlos?
Alfred Hill: ¿A quiénes?
Joseph: A las dos personas, al chico y a la mujer.
Alfred Hill: ¿Y para que quieres verlos?
Joseph: No lo sé… supongo que quiero conocerlos.
Alfred Hill: Mmm déjame buscar en el sistema.
(Mientras el jefe buscaba. Joseph inspeccionó la oficina. Parecía un tipo normal, había una foto con una mujer y un niño. Debía de ser su familia. Parecía un buen tipo (pensó Joseph).
Joseph: (pensando) No creí que me daría la información tan fácilmente. Parece que todos en el edificio no son malditos como mi padre.
Alfred Hill: Aquí tienes. Pero hazme un favor.
Joseph: Si, dígame.
Alfred Hill. No digas que yo te di sus direcciones. ¿De acuerdo?
Joseph: De acuerdo, gracias señor…
Alfred Hill: Hill. Alfred Hill.
Joseph: De acuerdo señor Hill. Muchas gracias, se lo agradezco.
(Joseph se levantó y cuando ya iba a salir por la puerta lo llamó el jefe)
Alfred Hill: Hey, Joseph.
Joseph: Sí dígame.
Alfred Hill: Eres un buen chico. Tu padre dice porquerías sobre ti. Pero veo que está muy equivocado.
Joseph: … bueno, de pronto tiene razón.
Alfred Hill: No le hagas caso, es un viejo desgraciado con todo el mundo.
Joseph: Si, lo sé. Créame que lo sé. Nuevamente gracias. Hasta luego.
(Joseph salió de la oficina y cuando iba a bajar por el ascensor, vio a una joven mujer que lloraba dentro del ascensor. Cuando ella lo vio, se limpió las lágrimas con un pañuelo e intentó salir corriendo. Él la detuvo por el brazo)
Joseph: Disculpe señorita, ¿qué le ocurre?
Alice: (gritando) ¡Nada! ¿Por qué crees que me ocurre algo idiota?
Joseph: No pues la verdad por nada, sólo me da curiosidad saber porque esos hermosos ojos están tan húmedos.
(Alice giró el rostro para que él no pudiese ver una sonrisa que se dibujó en su rostro)
Alice: (nerviosa) es que… una mosca se me metió en el ojo.
Joseph: Hmm en serio, y aún se encuentra allí?
Alice: Eres muy gracioso. Se ve que eres muy afortunado.
Joseph: ¿por qué lo dices?
Alice: Pues mírate, eres joven, usas ropa de marca, pareces saludable, atlético. Seguro también vas a la universidad, estudias alguna carrera de negocios. Iras de fiesta en fiesta los fines de semana, incluso entre semana, volándote las clases, porque tienes dinero para comprar a los profesores. Debes ser hijo de alguno de los ejecutivos del banco, y has venido a pedirte algo a tu papi. ¿O me equivoco?
Joseph: De hecho si, y no. Bueno, si soy hijo de uno de los ejecutivos, pero no vine a verlo a él. Si soy joven, pero esta ropa en realidad es muy vieja. Sabes que cuando compras ropa de calidad, puedes estar por mucho tiempo usándola. Luzco saludable, pero la realidad es que no me alimentó muy bien, sobre todo porque vivo solo. Y lo de atlético, creo que será genético porque no hago ejercicio. Y si voy a la universidad, perdón fui, ya terminé. No salía mucho de fiestas, y nunca tuve la necesidad de comprar a ningún profesor. Eres muy observadora, pero deberías de vez en cuando ceder a los prejuicios. Déjame intentarlo a mí. También eres joven, obviamente trabajas en el edificio, pero tu ropa barata o mejor dicho tu uniforme ridículo, me indica que posiblemente no eres una ejecutiva, al contrario, que eres una secretaria o asistente que no has estudiado absolutamente nada, sino que estas aquí porque eres una chica linda. Y muy linda en verdad, ¿sabes? Seguro que tu jefe es un viejo, un viejo verde de esos que de vez en cuando te toca las nalgas, y posiblemente hasta tengan relaciones en la oficina, cuando ya no quede nadie. ¿O me equivoco?
(Alice se lanzó y lo abofeteo llorando)
Alice: ¡¡Cállate!! ¡Cállate! ¡Cállate! No sabes nada. No sabes lo que es tener que aguantar todos los putos días a ese cerdo casi 15 horas todos los putos días del año. Y saber que perderé mi trabajo, al menos que no me deje tocar de él, ni poder negarme cuando me obliga a chupársela. No te atrevas a decir nada de mí, tú no sabes nada. Eres un puto niño rico que lo ha tenido todo y no te ha tocado sufrir en la vida. Tengo que mantener a mis hermanos porque mis padres murieron. Y si, él me aumenta el sueldo cada vez que le hago una mamada, y aún más cuando dejo que me haga todas las porquerías que se le ocurran… Pero no sé porque te cuento nada, lo mejor es que te largues.
(Alice se lanzó al piso y empezó a llorar metiendo su rostro entre sus piernas) Todos los empleados que estaban alrededor se quedaron mirando la escena. Joseph la ayudó a ponerse de pie.
Joseph: Hey, discúlpame. En realidad lo siento. Hablaba por hablar, no tenía idea… (se acercó y le dijo al oído) te parece si vamos a otro lugar, ya hemos despertado mucho la atención por aquí, te invito a un café.
Alice: …no puedo, tengo que trabajar.
Joseph: No será mucho tiempo te lo prometo.
Alice: Está bien.
Joseph: ¿Estas mejor?
Alice: Si
Joseph: (Vacilando) oye realmente lo siento.
Alice: No es necesario.
Joseph: No escúchame, en serio. No sabía que estabas pasando por eso.
Alice: No te preocupes, es mi problema.
Joseph: Deberías tratar de dejarlo. Eres joven… y muy bonita.
Alice: ¿Y muy bonita?
Joseph: No me malinterpretes, de verdad me pareces bonita. Sólo digo… lo que trato de decir, es que…
Alice: No puedo.
Joseph: ¿Por qué no?
Alice: No es fácil, cuando no sabes hacer muchas cosas. Verás no pude ir a la universidad. No sé hacer muchas cosas. Tenía pensado ahorrar un poco para poder pagarme una carrera, pero es difícil. Tengo que mantener a mis dos hermanos pequeños, vivimos en la casa de una tía, que nos ayuda al menos con un techo para vivir, porque ella tampoco puede hacer muchas cosas. La vida es más fácil cuando naces en cuna de oro. ¿Donde estudiaste? ¿en qué parte del mundo?
Joseph: Bueno, tú tampoco deberías lanzar juicios si no me conoces. Sí, mi padre tiene dinero, pero no estudié en una universidad costosa. Cuando le dije la carrera que iba a estudiar, que por cierto es literatura, me dijo que era un maricón y que no iba a apoyarme con nada. De hecho me echó de la casa.
Alice: … Disculpa no lo sabía.
Joseph: Da igual.
(Le sonó el celular a Alice)
Alice: Disculpa, debo irme ya.
Joseph: Espera…
Alice: Lo siento (y se fue corriendo).
(Joseph demoró un tiempo sentado mirando a lo lejos. Cuando iba a sacar un pañuelo de su bolso para secarse el sudor, encontró el papel con dos direcciones y dos nombres: Frank y Madeline) (Decidió ir primero donde Frank, el joven de 15 años. Llegó a una casa pequeña y tocó el timbre. Salió una señora)
Joseph: Disculpe, ¿aquí vive Frank?
Lucy: ¿Quién es usted?
Joseph: Hola, soy un escritor. Y me gustaría hablar con el joven Frank.
Lucy: Yo soy su madre, ¿Para qué quiere hablar con mi hijo?
Joseph: Pienso escribir una historia sobre los suicidios en el edificio “Your Help”.
Lucy: ¿Cómo se atreve a venir aquí? Piensa que le voy a dejar hablar con Frankie. Él está superando esa experiencia y usted viene a recordársela.
Joseph: Lo siento señora, no es mi intención. Sólo quiero saber por qué lo hizo.
Lucy: Eso no le interesa.
Frank: Mamá.
Lucy: Frank, vuelve a tu cuarto.
Frank: Mamá, ¿Qué pasa?
Lucy: ¡Nada! Este hombre está perdido, ¡te digo que vuelvas a tu cuarto!
Frank: He escuchado desde el cuarto que quiere hablar sobre mí…
Lucy: Pues, eso no va a ocurrir. ¡Vuelve ahora mismo a tu cuarto!, y usted puede irse de mi casa.
Frank: Señor, espere.
Lucy: Como que espere. (y abofetea a su hijo). ¡Te he dicho que regreses!
Joseph: Señora, no tiene que pegarle, ya me voy.
Lucy: Pues lárguese y no vuelva o llamaré a la policía. (Cerró la puerta en su cara)
Suena: Claro de Luna (Beethoven)
Cuando ya se encontraba fuera de la casa, y se encontraba en disposición de partir. Un pañuelo cayó flotando a su lado. Joseph lo recoge, y encuentra una inscripción en letras rojas que dice: “Ayúdame”, y un número de teléfono debajo. Joseph miró hacia arriba, y ve a Frank en una ventana. En sus ojos se podía observar una gran tristeza. Queda mirando a Joseph durante unos largos segundos. Luego desaparece detrás de las cortinas.
Joseph sigue caminando despacio y se pasea por un parque que encontró cerca. Se sienta en un banquillo y después de quedar absorto en una pequeña flor. Revisa su bolso y revisa la próxima dirección. (Deja de sonar Claro de Luna)
(Joseph se dirige a la casa de Madeline, la mujer de más de 40 años que se encuentra en una silla de ruedas) (Toca el timbre)
(Abre la puerta una niña)
Grace: Si, ¿qué se le ofrece?
Joseph: Hola, busco a la señora Madeline White.
Grace: Espere un momento. (Cierra la puerta)
(Se abre la puerta)
Grace: Disculpe, ¿Quién es usted?
Joseph: Oh, dígale que soy Joseph Moore, soy escritor, y me gustaría hablar con ella.
(Se abre la puerta y aparece la señora en silla de ruedas, es una mujer madura pero se ve muy conservada)
Madeline: ¿De qué querría hablar conmigo un escritor?
Joseph: Señora Madeline, disculpe.
Madeline: Señorita.
Joseph: Disculpe señorita. Soy Joseph Moore
Madeline: Si ya mi sobrina me ha dicho y lo he escuchado. No entiendo es que hace buscándome.
Joseph: Eh vera, no sé como decírselo.
Madeline: Pues simplemente dígalo, sino váyase.
Joseph: Está bien. Estoy interesado en escribir sobre los suicidios en el edificio Your Help.
Madeline: (sorprendida) ¿Y qué ha venido a buscar aquí? Ha venido a buscar el testimonio de una desgraciada que supervivió a la caída del edificio y ahora yace en una maldita silla de ruedas por el resto de su vida.
Joseph: No, no es eso.
Madeline: Si es eso lo que vino a buscar, pierde su tiempo. Así que mejor lárguese, antes de que llame a la policía.
Joseph: No, por favor no quería alarmarla. No es como usted piensa, déjeme explicarle.
Madeline: Pues hágalo rápido. Es usted un morboso, como se le ocurre venir a mi casa, ¿está loco?
Joseph: Por favor, ¡¡escúcheme!! (Grita)
(Madeline se quedó muda y lo quedo observando con los ojos bien abiertos)
Joseph: Escúcheme por favor (decía con desesperación). Verá soy escritor, pero hasta ahora no he escrito nada, he pasado durante mucho tiempo encontrando un tema, algo que me inspire, pero no encontraba nada, maldita sea. Pero he visto esta historia, de lo que ocurre en ese edificio, y se despertó en mí una especie de chispa, nunca lo había sentido. He investigado, hay muchos datos interesantes, en los últimos 20 años han habido 500 suicidios en ese edificio precisamente, yo sólo quiero entender el por qué. (Terminó agitado)
(Madeline aún lo observaba, pero su mirada ya no denotaba desafío. Tenía los ojos aguados, sacó un pañuelo y se secó los ojos)
Madeline: ¿Qué quieres entender? ¿Por qué me lancé del edificio?
Joseph: … Sí.
Madeline: ¿Crees que con lo que yo te diga, ya vas a tener la respuesta al problema? ¿No has pensado que tal vez cada una de esas 500 personas han tenido un motivo distinto?
Joseph: Si, lo he pensado. Sólo quiero hacer una aproximación. Visitando a varios de los… sobrevivientes.
Madeline: ¿Sobrevivientes? Sabes, a veces pienso que he quedado muerta en vida. Y que estar en esta silla es mi castigo. No soy especialmente religiosa, pero dicen que los que se suicidan cometen un gran pecado. Si quieres saber, ya estaba aburrida de la vida, no le encontraba sentido. Tenía 35 años, trabajaba como directora de una compañía financiera, tenía algo claro y era que no quería traer ninguna vida al mundo. Tampoco me interesaba tener algún hombre a mi lado, todos son unos cerdos. Supongo que era infeliz, y en el trabajo era una bruja con los empleados. (Se queda mirando lejos y sigue hablando) Me levantaba todos los días a las 3 de la mañana, hacía ejercicio para liberarme de los problemas. Luego salía a la oficina a las 5 a.m. y exigía a mi asistente estar a esa misma hora. Volvía a casa a las 11 de la noche, y así era mi vida. Un día, me tocó ir a una reunión en ese edificio Your Help. No sabía nada de los suicidios. La reunión fue en el último piso con el presidente del banco. En un momento, me encontraba mirando lejos por la ventana. No escuchaba nada de lo que decía… de repente se hizo un receso de la reunión y salí a la terraza del último piso. Una brisa abrazadora acariciaba mi rostro (se puso a llorar), acariciaba mi rostro como hace años ninguna mano lo había hecho. Sentía que volaba. Me sentía feliz. No quería abandonar ese sentimiento. Entonces llegué al borde del edificio, miré el horizonte y abrí los brazos. Cuando miré hacia abajo, no vi el vacío, lo que vi fue indescriptible. Me sentí liberada por primera vez en mi vida. Y caí. A partir de allí perdí el conocimiento, y sólo recuerdo despertarme en el hospital, no sentía mis piernas, pero si sentía un gran dolor en mis entrañas, por seguir viviendo en este maldito mundo.
Joseph: ¿Y qué pasó con todo? ¿Su trabajo?
Madeline: Pues, quedé inservible. Inútil. Por lo que no pude regresar al trabajo, además de que no quería volver. Me mudé de mi antiguo apartamento a una casa más pequeña, y vivo de subsidios del estado. Perdí todo. Luego mi hermana murió con su esposo en un accidente, y dejaron tres niños. Yo los acogí en mi casa, y trato de cuidarlos, aunque ellos son los que me cuidan a mí. H han sido muy fuertes (arrancó a llorar).
(De repente, llegó Alice a la casa)
Alice: Hola, ¿hay alguien?
(Al mirar la escena de su tía llorando y Joseph al lado se alarma)
Alice: ¿Qué demonios haces tú aquí?
Joseph: ¿Alice?
Alice: Si soy yo, te he preguntado ¿qué haces aquí? Maldita sea, ¡respóndeme!, y ¿por qué mi tía está llorando?
Joseph: ¿Es tu tía?
Madeline: Alice, cálmate. Sólo hablábamos. ¿Conoces a este joven?
Alice: Ehh, si… no…
Joseph: Nos conocimos esta mañana en el edificio Your Help.
Madeline: Ah, ya veo. Alice trabaja allá.
Joseph: Entonces tú eres una de las sobrinas de Madeline.
Madeline: Si, ella es la mayor.
Alice: No me has respondido, ¿qué haces aquí?
Joseph: Disculpa Alice, no sabía que eran familia. Yo sólo…
Madeline: Joseph se encuentra averiguando sobre los suicidios en el edificio Your Help.
Alice: Oh… por eso estabas en el edificio esta mañana.
Joseph: Si, los encargados de la vigilancia del edificio me dieron los datos de algunos sobrevivientes de los suicidios. Y cuando te encontré… (Alice le hace un gesto para que calle), venía justo a visitarlos.
Madeline: ¿Y además de mi a donde más has ido?
Joseph: Bueno, no he tenido mucha suerte, hasta ahora. Fui a visitar a un joven, pero la mamá no quería que hablara con el chico.
Madeline: Es entendible.
Joseph: Si, pero no sé. Había algo raro en esa casa. Pero he tenido suerte ahora con usted Madeline.
Madeline: ¿Te ha servido de algo lo que te he dicho?
Joseph: Si y mucho.
Alice: ¿Y qué le has contado?
Madeline: Ay Alice, déjame descansar un poco. Un día de estos te lo contaré. Voy a descansar un rato. Los dejo entonces, ya que se conocen.
Alice: Ok tía, creo que trataré de que Joseph me cuente lo que le contaste.
Joseph: Muchas gracias por todo Madeline, que descanse. Le estoy muy agradecido.
(Joseph y Alice salieron a conversar fuera de la casa)
Joseph: Entonces, tú eres la sobrina mayor de Madeline.
Alice: Sí, tengo que ayudar a sostener la casa. Ya que el subsidio de ella no puede cobijarnos a todos. Yo no sé mucho de mi tía, cuando mis padres vivían, éramos muy alejados de ella. Sólo la habíamos visto un par de veces. Si recuerdo que era muy hermosa y elegante. Pero nunca habíamos compartido nada con ella, y mis padres no hablaban de ella. Hasta que murieron. Y nos llevaron con ella. Cuando llegamos a su casa, ya se encontraba en silla de ruedas.
Joseph: Pues tiene una historia muy interesante. Que espero que te cuente uno de estos días.
Alice: ¿Por qué no me cuentas tú?
Joseph: Te aseguro, que lo mejor es que lo escuches de ella misma.
Alice: Está bien, no te insistiré. Entonces averiguas los suicidios en el edificio, eh. Si es extraño pero a muchas personas les gusta ese lugar para acabar con sus vidas. No he subido aún al último piso, lo tienen muy vigilado últimamente. Supongo que tiene algún tipo de hechizo o algo así.
Joseph: ¿Tú crees?
Alice: Supongo, ¿Qué crees tú?
Joseph: No creo en la magia, pero sí creo en la desgracia en que nos encontramos muchas personas. El suicidio debe ser algo esperanzador, incluso yo lo he pensado algunas veces, jeje. No sé porque está tan mal visto en estos días.
Alice: ¿Qué cosa? ¿El suicidio?
Joseph: Si.
Alice: Yo creo que se asocia con la cobardía. Y bueno, porque según no podrás entrar al cielo si te suicidas, irás al infierno inmediatamente. Es lo que mucha gente cree. Personalmente, pienso que no hay mayor infierno que en el que ya vivimos. Así que, también entiendo ese efecto esperanzador y tranquilizador de la muerte. Dices que muchas personas eligen el edificio para acabar con sus vidas, pero no es el edificio lo importante. Creo que es sólo un medio. Pero el efecto en cada persona es similar, el edificio no acaba con sus vidas… sus vidas ya se encuentran acabadas.
Joseph: Wow, me impresiona tu análisis. Y me impresionas tú. Eres muy inteligente… no deberías.
Alice: No sigas con eso.
Joseph: Está bien… ¿y tu tía no sabe nada?
Alice: No, no. Por eso te indiqué que callaras. Pero bueno, dejemos eso un lado. Entonces reconozco que te juzgué muy mal. Sólo estabas investigando en el edificio. Qué bien, me simpatizas mucho (y sonrió)
Joseph: Tú también a mi (y la tomó de la mano). Aunque no te equivocaste en algo. Mi padre si trabaja allí, pero no hablo mucho con él, y ni vivo con él.
Alice: ¿Quién es?
Joseph: El señor Moore. Peter Moore.
(Alice quedó petrificada. Y después de unos segundos, apartó ssu manos de la de Joseph y se tapó el rostro con las manos, y empezó a llorar)
Joseph: ¿Qué te pasa Alice?
Alice: ¡No! ¡No! ¡No! ¡Por qué! ¡Por qué tenía que ser él!
(Joseph pareció comprender lo que Alice quería decir)
Joseph: No…
Alice: Creo que es mejor que te vayas Joseph…
Joseph: Alice, ¿por qué me haces esto?
Alice: ¿Por qué hago qué cosa maldita sea?, ya lo sabías. El único problema es que no sabía que era tu puto papá.
Joseph: ¿Cómo has podido estar con ese cerdo?
Alice: Ya te lo he dicho, y no pienso repetírtelo.
Joseph: Eres una zorra, sabes que tenía familia, mi madre…
Alice: Lo siento Joseph, pero ya lo sabías, ¿qué diferencia tiene que haya sido cualquiera de los otros ejecutivos del edificio?
Joseph: Pues mucha, porque ese desgraciado a pesar de todo es mi puto padre, y no puedo imaginarme la idea, de que ese animal te ha tocado, y que él te ha hecho todas esas cosas. A ti, precisamente tú, tú que…
Alice: Pues no puedo hacer nada para que no te lo imagines. Porque no mejor te largas.
Joseph: Prométeme que lo vas a dejar.
Alice: No tengo que prometerte nada.
Joseph: Por favor…
Alice: ¡No! Maldita sea, quien demonios te crees. Piensas que puedes venir y tomar decisiones sobre mi vida. ¡Pues te equivocas! Ahora ya puedes irte por favor.
Joseph: Está bien, tú verás lo que haces. Es tu puta vida, al fin y al cabo.
Alice: Así es. No te quiero volver a ver.
Joseph: No te preocupes por eso…
(Cuando Joseph se volvió a verla, ya Alice había entrado a su casa. Joseph se sentía destrozado y pateó un árbol que se encontraba cerca. Alice lo observó desde dentro de la casa, y se tumbo llorando en el piso)
Suena: Peer Pressure (Jon Brion)
Joseph camina en la noche mirando hacía el suelo, tratando de entender porque le estaba ocurriendo eso a él. De pronto se detiene frente de un edificio. En la entrada se puede ver el nombre “Your Help”. Se escabulle por una de las salidas de emergencia, y por las escaleras sube hasta el último piso. Cuando llega al último piso, cierra los ojos para recibir el viento frio que agita a la ciudad. Y poco a poco se aproxima al borde del edificio. Cuando se encuentra en el borde, su corazón se le acelera, le caen un río de lagrimas por los ojos, y un fuerte impulso en su pecho le indica lo que tiene que hacer. Nunca se había sentido tan inspirado en su vida y tan dueño de sí mismo. Entonces antes de continuar, revisó su bolsillo y encontró un pañuelo. Era el pañuelo que Frank le había lanzado desde su ventana. Aún tenía el número de teléfono en letras rojas. Meditó unos segundos, y sacó su teléfono celular, tal vez por si podría descubrir algo que lo hiciera cambiar de opinión. Entonces marcó el número.
(Contesta una voz femenina)
Lucy: Hola
(Joseph reconoció la voz. Era de la mamá de Frank. Sin saber que decir sólo atino a decir)
Joseph: Disculpe, me dieron este número.
Lucy: Mmm, ¿está interesado en el servicio?
(Joseph no sabía que decir, pero decidió seguirle la corriente)
Joseph: Si, me lo recomendaron mucho.
Lucy: Ok, ¿le sirve el horario de mañana a las 5 de la tarde?
Joseph: … sí, claro.
Lucy: Bueno, ya queda en la agenda. Debe traer el dinero en efectivo y recuerde que sin condón es más costoso. ¿Quedó claro?
(Joseph se sentía confundido y atemorizado)
Joseph: …
Lucy: Hola, sigue en la línea.
Joseph: … Si disculpe. … Me podría dar más detalles…
Lucy: ¿Detalles? ¿De quién? ¿Del chico?
(Joseph de la impresión soltó el celular y lo dejó caer en el vacío)
(Deja de sonar Peer Pressure)
(Joseph cerró los ojos con dolor y cuando ya estaba a punto de lanzarse, una voz lo detuvo)
Adam: ¡Oiga!
Adam: ¡Oiga! ¿Qué piensa hacer? ¡Baje de allí ahora mismo!
Joseph: (volteó para ver quién era) No me detengas, por favor.
Adam: Joseph… eres el que estuvo esta mañana por aquí, ¿no es cierto? El hijo del señor Moore.
Joseph: No menciones a ese hijo de puta.
Adam: Por favor, no lo haga. Reflexione. Sea lo que le esté pasando, esta no es la solución.
Joseph: … ya he reflexionado mucho. No le encuentro sentido a este mundo, a mi existencia.
Adam: No diga eso, hay cosas muy buenas y valiosas en esta vida.
Joseph: No me diga. Pensaría que eres muy inocente. ¿Eres feliz?
Adam. ¿Perdón?
Joseph: Te estoy preguntando que si eres feliz, maldita sea, respóndeme.
Adam: ¡Sí!, Si lo soy
Joseph: ¿Estás seguro?
Adam: Eso creo…
Joseph: ¿Te gusta tu trabajo?
Adam: Pues es lo que me permite vivir a mí y a mi familia.
Joseph: No te pregunto por tu puta familia, te estoy preguntando por ti. Algo muy fácil, ¿eres feliz con tu trabajo?
Adam: Te digo que sí. Estoy muy orgulloso de mi trabajo.
Joseph: Si, me imagine que dirías eso. Eres patético, ¿sabes? Con tu ridículo uniforme, te crees que aportas algo al mundo. Pero la verdad es que eres otro de los miles de miserables que abundamos en el mundo. Yo lo reconozco, reconozco que este maldito mundo es una mierda, y yo soy una mierda, eso he descubierto. Tal vez tú lo ignores, o simplemente no los has descubierto. ¿Eres creyente?
Adam: Si… pero ¿eso que tiene que ver?
Joseph: Ah, bueno. Ya no tienes que decirme más nada. Entiendo.
Adam: Entiendes que maldito mocoso. No entiendes nada sobre mi vida. Crees que puedes identificar y saberlo todo de una persona, con sólo saber su profesión y sus creencias.
Joseph: Pues esos datos dicen mucho. Sin ofender.
Adam: Pues no tienes idea. Crees que veo todo color de rosas, estas equivocado. Sé que en el mundo hay mucha mierda, pero también hay cosas que no lo son. Al parecer tu padre tenía razón y eres un perdedor. ¿Qué era lo que hacías esta mañana? ¿No estabas buscando inspiración para escribir un libro sobre los suicidios en el edificio?
Joseph: … Si, así es
Adam: ¿Y qué? ¿Has fallado nuevamente?
Joseph: No. Te equivocas. No tienes idea del éxito que he tenido en mi investigación. Y me atrevería a decirte que nunca me había sentido más inspirado en mi vida. Sobre todo ahora que estoy aquí mismo, en el borde de este edificio, sintiendo lo que cada una de las personas ha sentido al pararse aquí.
Adam: Eso está bien. Si lo has logrado ¿Por qué quieres matarte?
Joseph: Tú no lo entiendes.
Adam: Entiendo que por primera vez, puedes demostrarle lo contrario a tu padre que sólo habla pestes de ti. Demostrarle que puedes terminar algo. Demostrarle que…
Joseph: No necesito demostrarle nada a él. Tal vez eso pensaba antes, pero ya no. Y él es la causa de todos mis problemas.
Adam: Entonces porque no te vas lejos de él. Aunque no te guste lo que has encontrado en tu proceso de inspiración, puedes transformarlo en algo en que te puedes expresar, no sé. No conozco mucho de literatura, pero muchos de los grandes pensadores y escritores trataron estos temas, el del suicidio y la porquería que hay en el mundo, sin necesidad de matarse.
Joseph: Pues creo que todos eran unos malditos hipócritas.
Adam. Mira, ya entiendo que no voy a poder convencerte. Pero por favor no lo hagas hoy. En dos días no tendré turno, y podrás hacer lo que quieras. Sólo te pido que no lo hagas hoy y que lo pienses. Uno se siente bien cuando puede ayudar de una u otra forma a otra persona. Eso es lo que me motiva a mí, no sólo mi familia, sino en cosas tan sencillas como ayudar a subir las escaleras a una anciana, dar orientación a algún despistado, proteger el dinero de la gente, aunque los dueños no hagan el mejor uso de ellos. Son cosas que le dan algo de valor a mi existencia y a mi trabajo. Creo que es cuestión de perspectiva. Necesitamos encontrar un motivo para poder hacer llevadera nuestra estancia en este infierno. Y que esos pequeños motivos, puedan equilibrar la balanza, y demostrarte que hay cosas por las que vale la pena vivir.
(Joseph, lo miraba desconfiado. Pero pensó en un momento, bajo la cabeza. Nuevamente la alzó y miró a Adam)
Joseph: ¿Puedes prestarme tu teléfono?
Adam: Si, claro.
Joseph llamó a la policía, e indicó la dirección de Frank. Se despidió de Adam, le agradeció y se dirigió corriendo hacía la casa del joven. Joseph corría con desesperación y lagrimas en sus ojos.
(A continuación, las descripciones son en cámara lenta)
Joseph llegó a la casa, al mismo tiempo que la policía. La policía tumbó la puerta y registró la casa. Mientras Joseph esperaba afuera, en unos momentos vio que salían con la madre de Joseph y un hombre semidesnudo esposados. Más atrás Frank, con una sabana alrededor. Joseph se le acercó y este lo abrazó al instante. E intercambiaron unas cuantas palabras.
Joseph habló con los policías y les pidió que dejaran que se quedara con Frank. El jefe de policía, indicó que tenían que llevárselo primero, y luego tratar de localizar familiares, y que luego de aclarar los hechos, se pondrían en contacto con él para determinar el futuro de Frank. Joseph se despidió de Frank, y le prometió que no volvería a sufrir. (Deja de sonar Peer Pressure y la cámara lenta)
(Joseph se dirige corriendo a la casa de Alice. Cuando llegó, Madeline estaba afuera)
Joseph: Madeline, ¿dónde está Alice?
Madeline: Joseph. Ella ya se fue al trabajo. Te quería preguntar que le pasó ayer, no me habló en toda la noche y hoy en la mañana tampoco. Estoy preocupada.
Joseph: No pasó nada Madeline, te cuento luego. Debo ir a buscarla.
Madeline: Bueno, apúrate.
(A continuación, las descripciones nuevamente son en cámara lenta)
Suena: Remembrances
Joseph corre, nuevamente con desesperación y lagrimas en sus ojos. Pero esta vez, también tenía un gesto de felicidad que lo embargaba. Cuando ya se encontraba casi en la esquina de la calle del edificio Your Help, vio un pañuelo que acaba de caer, tirado en medio de la calle. Se acercó lentamente a recogerlo. Cuando lo tenía en las manos, miró hacia arriba, y sólo pudo observar el contraste del edificio con el cielo iluminado de luz y nubes. Dirigió nuevamente su mirada lentamente hacía el pañuelo, creyó reconocer algo en él. De repente, algo cayó del edificio Your Help, y produjo un fuerte impacto justo enfrente de donde se encontraba Joseph.
Joseph levanta la mirada y queda mirando estupefacto lo que acababa de ocurrir. (La cámara se va acercando lentamente enfocando solamente el rostro de Joseph). Luego se va oscureciendo la pantalla, con el rostro de Joseph petrificado de fondo. Cuando la pantalla se oscurece totalmente. (Deja de sonar Remembrances).
E inmediatamente deja de sonar la música y la pantalla se encuentra totalmente oscura, se escucha un grito de sufrimiento de Joseph: ¡Nooooo! Y se acaba la película, apareciendo en letras grandes el nombre del filme:
Your Help.
Notas del director:
Todas las escenas transcurren en el orden en que han sido presentadas. Y he tratado de anexar todos los detalles, desde el uso de cámara lenta, las partituras y otros detalles, en el mismo desarrollo de la obra.
¡Qué nervios! jeje...
ResponderEliminarBueno, Your Help me ha gustado bastante de verdad, creo que es una interesante critica social y que sabe desarrollar muy bien la narración. Los personajes muy bien, en especial Claire Danes.
Wuau!
ResponderEliminarMe gustó mucho el desenlace.
Los personajes femeninos son todos rotundos, fuertes. Felicitaciones.
Me pareció un buen mix entre la obra corta Cuenta atrás y El incidente de Shyamalan. Excelente que deje el misterio por el aire.
Quizás puliría algún diálogo, pero el DB7 no podía quedar mejor inaugurado. Mucha suerte! Daines quiere nominación.
El DB7 queda inagurado jeje =)
ResponderEliminarinteresante obra para arrancar, la construcción de los personajes me parecio interesante asi como los temas musicales. Concuerdo con lo de la nominación a Claire Daines jeje
me gusta el misterio de la obra. buen debut.
Me encanta Claire Danes como actriz. No sé porqué no pensé yo en ella...
ResponderEliminarInteresante tu obra, muy actual... en realidad aunque no estudio literatura suscribo todos los párrafos iniciales y todo la opinión de Joseph sobre la vida universitaria.
Personalmente creo que cuentas demasiado con los diálogos, y algunos no harían falta, de esta manera se daría más dinamismo y suspense en la obra. Pero aun así es una obra más que interesante.
Saludos ;)
Interesante! Aunque no todos los dialogos me convencieron he de decir que la historia sorprende, hay buenos giros en la trama y muy bien están los personajes.
ResponderEliminarY sobre todo, adoro Remenbrances!
Saludos! Vivi.
Buen arranque y gran final... En mi cabeza he imaginado que la persona que se ha tirado es el desalmado del padre, pero la realidad nunca es tan dulce... Me ha gustado que hayas dejado eso ahí más o menos abierto a nuestra imaginación. Como la cosa siga a este nivel, lo vamos a tener difícil para decidir...
ResponderEliminarUna obra muy interesante, gran personaje el de Claire Danes, y el de Bernal no se queda atrás.
ResponderEliminarCoincido en que algunos diálogos podían pulirse un poco más, pero aun así la historia resulta interesante.
Saludos!
Me ha parecido una obra excelente, con sus detalles a pulir, pero muy poderosa. Qué elenco, carajo.
ResponderEliminar¡Muchísimas Felicidades!
Muy buena obra, un policial dramático en toda regla. Me encantó el argumento. Me pasó como a los demás, muchos diálogos y poca descripción (sobre todo la voz en off del principio). Felicitaciones por esta historia!!!
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